CESPAC Centro Ecuestre San Pedro

A este lugar iba de niña a aprender a montar. Para mí era toda una experiencia y quizá era una de las mejores partes de mi día, está super bien equipado con lo necesario aunque probablemente no es el hípico más elegante o conocido de la ciudad. Es un hípico pequeño, pero con buen área techada para entrenar, así como un área abierta, caballerizas, caminadero y padock, tienen una veterinaria para atender a los caballos incluso con quirófano. Tiene un club, con comedor. Pero lo genial es que no necesitas ser miembro para tomar clases, incluso no necesitas tener caballo para esto.
Yo tomaba clases con el Chutis un hombre gentil que se me figuraba a un Santa Clos travieso, que le gritaba a mi hermano: -«Pareces viejito buscaveintes» cuando estaba encorvado. Terminando la clase llevabas al caballo a su caballeriza y le dabas de comer zanahorias en agradecimiento. Hasta la fecha adoro los caballos, pero las clases si son costosas, y ya no me las paga mi papá. Pero me parece una manera increíble de c