Bar de la Musique

Excelente karaōke bar ubicado en la colonia San Felipe del Agua en uno de los mejores hoteles de la Ciudad.
Lo conocí ya que mi último cumpleaños por decisión de mis amigos fui a parar aquí.
Es un lugar muy agradable, cómodo. Con buena música, bien mobiliario pero una carta muy tradicional. Malas cervezas, malos mezcales y coctelería muy básica.
Como en todo karaōke bar hay momentos aburridos ocasionados por los valientes desafinados que se suben a cantar, aunque aquí esos momentos son bien administrados por dos chicas que ambientan el lugar y que cantan muy bien.
En general este lugar es para un segmento de jóvenes adulto que ocasiona un ambiente tranquilo y muy divertido, los precios son buenos en promedio a la calidad que se ofrece.

Andando en la fiesta loca no sé cómo es que termine aquí, pero definitivamente este lugar no es para mí. Son de esos pequeños lugares pretenciosos que quieren darse el lujo de creer que su bar es muy exclusivo. Me parece demasiado pretensioso y para venir aquí ya debes de traer la fiesta de otro lado, porque si la quieres empezar aquí te mueres de sueño. Sirve como el «after» para venir y disfrutar con los cuates todo lo que no pudiste terminar en los lugares que cierran temprano.
No me atrae mucho la idea de que sea también karaōke. Creo que los únicos que cantan bien son los meseros y de ahí en adelante nadie más. Como les dije anteriormente ya tienes que venir con unas copas en cima para que todos estos pequeños detalles no tengan nada de importancia.
En conclusión, este es mi muy humilde punto de vista, puede ser que a ti te guste este tipo de ambiente. Si es así no esperes más y ven a conocer este bar.

El bar de la Musique, es un exclusivo lugar ubicado en San Felipe de Agua, para los amantes o quienes disfrutan de cantar, ofrecen un karaōke, que si bien no me desagrada tampoco me encanta, cuando nos comentaron que tenían un ambiente muy agradable, decidimos ir mi novia y amigos, la decoración es muy clásica, son sillones tipo piel se vasí que te lo recomiendo, mejor aún cuando puedes tararear las letras de tus canciones favoritas, pues estas disfrutando del momento y mejor aún de la compañía.
El bar es pequeño pero muy ameno, te lo recomiendo ampliamente.

Siento que ahora esta un tantito de moda.
Y como todos los lugares de moda en Oaxaca se súper llena y seguro te encuentras a todo Oaxaca.
Seguro el ambiente será bueno pero sí quieres cantar y fuiste a este lugar precisamente por eso, lo más seguro es que sólo le toque a pasar al escenario un o dos veces cuando mucho en toda la noche.
En general el servicio es bueno, pero la carta de bebidas no es demasiado amplia, las cervezas son menos que básicas, dos o tres variedades. Mezcal nada, ron mejor por botella. También tienen cockteles sin alcohol y son buenos.
Como dije antes, buen ambiente pero siento que a veces te asfixias porque además permiten fumar dentro y como está en un estilo sótano, me causa un poco de conflicto.

Llegué a este lugar porque otro grupo de amigos de una amiga estaban aquí y ella quería que nos les uniéramos. A mí desde el inicio no me gustó mucho la idea, pues el lugar está un poco retirado y sospeché que sería un poco caro, pero como algunos no lo conocíamos aceptamos ir. Me sorprendió que no cobraran la entrada y se me hizo raro que nos dijeran que al tomar nuestras fotos dirigiéramos el flash sólo a nuestro grupo (nunca había escuchado este tipo de recomendación).
El lugar no es muy grande, pero las mesas están bien distribuidas y la ambientación es agradable. Quizás es porque no me gustan mucho los karaokes, pero el poco tiempo que permanecimos aquí no logré contagiarme del ambiente, la mayoría de la gente estaba muy prendida cantando pop y también cantaban unas chavas que trabajan en este lugar. Como no pudimos entrar en sintonía mejor optamos por buscar otra opción en la que pudiéramos bailar.

Realmente para mi el karaōke no es la opción número uno si planeo salir, pero por alguna u otra razón he llegado al lugar, de las veces que ido normalmente es porque vengo de alguna otra fiesta, es un after donde usualmente ya traes la fiesta puesta y eso provoca que el ambiente es muy bueno y divertido, la parte que dos empleadas que cantan bastante bien ayudan a los que cantan por si se les va la letra, animan y también pasan a cantar, me agrada bastante porque crean más ambiente. El lugar es pequeño y algo oscuro la parte iluminada es el escenario, la verdad los cocteles no son buenos, y el servicio me parece regular, pero fuera de esto dependiendo con quien vayas pasaras un buen rato.
Este bar me parece de esos lugares que se vuelve divertido si vas con las personas adecuadas dispuestas a divertirse y hacer pasar por sus 15 minutos de fama.

Este bar es un Karaōke atípico. Es una combinación de un bar donde la gente canta, aunque también los empleados y bastante bien, un antro, un after y un bar de hotel. El ambiente se pone bastante animado sobretodo ya entrada la noche, y es frecuente que la mayoría de los que llegan, vienen de otro bar o fiesta.
El lugar es más bien mediano, con un stage donde puedes cantar. La mayoría de la música que se toca es pop, rancheras, algo de banda y todo ese repertorio chavo-​ruco que ya todos conocemos. Como en cualquier karaōke es una pesadilla cuando se sube alguien que no da una.
Tienen un aire de antro por lo obscuro del lugar y el hecho de que la mayoría esta sentado o bailando pero cerca de su mesa, pues no hay pista. Y claro, todos con más de un pomo. Recomendable si te gusta este ambiente.

La verdad es que no soy fanático de los bares de karaōke, pero si no hay ninguna otra opción para pasar un rato a gusto con mis amigos pues me apunto al plan.
La primera ocasión que asistí a La Musique desde que estaba buscando estacionamiento me di cuenta que estaría a reventar de gente. La entrada del bar estaba muy bonita, el lugar es pequeño pero se veía buen ambiente, sin embargo en cuanto nos instalamos en la mesa donde nos esperaban y le preguntamos al mesero los precios ahí fue la desilusión. Entiendo que el lugar es muy nice y demás, pero no deja de ser un karaōke, cobrar los precios que cobran por oír cantar a tantas personas tan desafinadas se me hace una tontería.
Lo mejor que hicimos fue escuchar a dos o tres personas cantar en lo que nos despedíamos de los demás. Y si, nos fuimos sin la intención de volver.