Fui a cenar a un lugar supuestamente súper recomendado, unas porciones gigantes y bueno, para no hacerte el cuento largo… salí de allí con hambre y con poco presupuesto para el huequito(huecote) que quedaba libre. Caminé y pues andaba por la quinta avenida, sinónimo de ya te fregaste, pero insistí y caminé y que en eso veo un trompo como de carne al pastor, pero el olor que me llegaba era diferentemente delicioso, es mucho decir, ya que soy fanática de la carne al pastor y que leo, tacos árabes. Hace poco, tuve una experiencia muy rara en unos tacos árabes que más bien eran bien mexicanos, así que andaba muy incrédula. Pues que veo los precios y el taco árabe andaba en $ 27, pues que me pido uno, si terminaba siendo una decepción que fuera barato y llegó, un taco árabe de verdad, el sabor de la carne era otra cosa, como el genuino, obviamente con sus ingredientes mexicanos como el chipotle y el limoncito, pero la carne tenía ese sabor como rostizadito, la carne suavecita y jugosa, el pan pita delicioso, me lo comí en nada. La salsita de chipotle con la carne y el limón, es un manjar. No le puse salsa de ajo porque luego permanezco un par de días aislada, o más bien, me mantienen aislada, pero bueno, esa es otra historia. De esta forma, fue como ambas historias tuvieron un final feliz.