vulcanizadora Lugo

¡Noooo, la llanta otra vez no! Pues si, el destino me acerca cada vez más a la onda automotriz.
Esta vez sí estaba ponchadaza y bueno, traje rodando la de refacción un ratote por creer que sería carísimo arreglar la llanta, entonces, justo aprovechando un dinerito que me había caído, vine a esta llantera para que checaran la llanta y ver si se podía arreglar y salió José como todo un héroe: chaparrito, morenito, flaquito pero macizo, sin camiseta, con un pantalón blanco con manchas propias de su oficio. Salía a salvarme, le conté mis penas, revisó la llanta y la estaba parchando, cuando en eso, entró otro chavo que también traía una llanta ponchada y escuché que le dijo, «ya terminé, ahorita que ella salga, pones tu coche donde está el de ella», pero pues, todavía le faltaba cambiarme la llanta de refacción por la que ya estaba sanita. Tomó la llanta, sacó un gato gigante que con tres brazadas levantó mi coche altísimo, le quitó los birlos con una herramienta mágica y en menos de 2 minutos había efectivamente, cambiado la llanta, yo seguía con la boca abierta, todo eso, por la estratosférica cantidad de $ 60 pesitos, ¡no lo podía creer! por pensar que saldría caro, traje tanto tiempo la llanta de refacción rodando.
¡Salí de allí feliz y José es mi héroe y ahora, mecánico de cabecera!

Nunca en la existencia de mi corta vida, se me había ponchado una llanta. Fue la primera vez que tuve que cambiar la llanta por la de refacción, es toda una experiencia del tercer tipo, pero para mi mala suerte tenía una reunión, así que adivinen cómo llegué, como un verdadero dálmata con tantas manchas negras en mi ropa y cara.
El paso número dos, dónde llevar a curar tu carro. Preguntando a unas tienditas, nos recomendaron Vulcanizadora Lugo. Esos lugares son un gran cliché de telenovela, habían tres personas, el gordito, el flaco y el loco, personajes ideales para un sitcom. El chico, checó la llanta y nos dijo que había sido perforado con un clavo o algo así. Nos cobró por arreglarla y ponerla $ 60MXP una ganga. Y en, UN, DOS, TRES, el carro estaba recuperado de su ruedita, para volver a las pistas en gloria y majestad.
Totalmente recomendado la vulcanizadora Lugo, hacen un muy buen trabajo.