Esta es una de esas tiendas que me gusta visitar cerca del Callejón de los Sapos. Venden todo tipo de muebles rústicos. Y al entrar, sientes ese aroma a madera, que hace que te enamores de lugares como estos. Como también compran antigüedades, nunca sabes que te vas a topar, pues la mercancía va cambiando. Puedes encontrarte con máquinas de coser, o de escribir antiguas, lamparas de aceite, y un sin fin de curiosidades que te hacen desear tener más espacio en tu casa. Al estar en una zona netamente turística, si llegan a tener precios elevados en algunos de sus productos, pero vamos, son antigüedades, la mayoría lo valen. Dentro de mi lista de cosas para las que estoy ahorrando, el baúl que tenían a la entrada el día que fui tiene prioridad.