Hace poco descubrí este restaurante, es un pequeño y si pasas enfrente de el es casi invisible al menos que seas curiosa y te den ganas de entrar. Bueno pues he pasado muchas veces por la 31 y apenas vi el lugar y decidí entrar por curiosidad ya que nunca he comido cosas libanesas pues muchos me han dicho que tienen aceitunas algunos platillos y sinceramente no me agradan. Hay muchas cosas en el lugar, esta la zona de comida y la zona para chacharear la cual me encantó, tienen buenos precios y sobretodo se ve la calidad de los productos, venden shishas, tabaco, dulces y todo se ve muy llamativo en especial las shishas ya que las tienen en un mostrador enorme. En la zona de comida puedes echarle un ojito pero la verdad sólo se me antojó el pan ya que era de semillas raras.