A veces la regadera no me basta para desplegar todo mi talento musical, entonces salgo a lastimar los oídos de alguien más que mi tía o los gatos de los vecinos(al perro le encanta que cante), entonces tengo que ir a ver a dónde me prestan un micrófono, y sobre todo, oídos para mis melodías. La primera vez que fui, llevaba a mis dos amigos más opuestos, uno metalero y otro más bien rancherón estilo Potrillo. El segundo se sintió súper a gusto porque las chicas de la mesa de junto eran súper fanáticas del Alejandrito y hasta lo habían ido a ver al Auditorio Nacional en el DF, así que no tardó en entrar en ambiente y ACAPARAR entre las 4 morras y él 5 de cada 8 canciones. Yo, ya entonado, me la pasé bien cantando lo que fuera, al fin que salían las letritas, pero al metalero nomás no logramos animarlo hasta el final, que del puro despecho fue a cantarles a las 4 rancheritas esa de «¡Máááátalaaaaas!!!».
Fernando M.
Rating des Ortes: 4 Tlaxcalancingo, México
Me encanta este karaōke, siento que es de los mejores de las ciudad El lugar tiene dos niveles y cada uno es independiente del otro, por lo tanto los de arriba no escuchan lo de abajo y al revés, entonces para cantar pasas demasiado rápido ya que cada nivel es chiquito. La decoración está padrísima, es el estilo que me encanta. Eso si, tienes que llevar bastante dinero ya que es un poco caro Fer :)