Cuando quedas de verte con algún amigo es muy común que escojan diferentes sitios específicos dentro del zócalo para reunirse y uno de ellos no menos importante es ésta gran escultura de color blanco. A su alrededor hay varias banquitas para que puedas esperar, sin embargo te recomiendo utilizar las que están casi en la entrada a la estructura, puesto que aquellas que están en la parte de atrás, parecieran un poco abandonadas de la misma manera que no podrás ver si la persona que estas esperando ya llego, en una de esas llega y ambos están esperando en puntos diferentes. Muchas personas suelen tomarse fotos en esta estructura por la forma que tiene la misma, algunos suelen llamarle kiosko, árbol, etc, sin embargo cabe mencionar que muchos que conocen el arte evocan lo que es el «encaje de los ángeles».
Carolina C.
Rating des Ortes: 4 Tlaxcalancingo, México
Las visitas al zócalo pasan de largo esta gran escultura del holandés Jan Hendrix. Supongo que un poco porque se sale del contexto barroco del centro de Puebla y un poco porque nadie entiende muy bien qué hace un cilindro blanco de aluminio en el zócalo de la ciudad. El mismo artista dijo en la inauguración que lo había sorprendido la invitación del Museo Amparo para hacer una pieza así de contemporánea en un contexto así de colonial. La escultura es un homenaje a Ángeles Espinosa Yglesias, fundadora del Museo Amparo. De acuerdo a la hora del día en que uno la observe, o la atraviese, recuerda la transparencia de los encajes y velos, o la espesura del enramado de un bosque. Creo que es una pieza muy rara, sobre todo si se le mira a la luz de los gigantes arquitectónicos que la rodean, pero genera un movimiento muy particular a su alrededor, la gente la mira extrañada, se asoma entre sus huecos, los niños corren en su interior. Mi hora favorita para estar aquí, el atardecer, cuando el bosque de aluminio se ilumina.