Cuando vives en una casa de antaño como las muchas que existen en la capital de Puebla, y tienes problemas con la luz eléctrica, una de dos, o debes el servicio o ya anda mal tu cableado. A mi prima Gaby le pasó lo segundo, y es que la casa en que habita aunque es bonita y cualquiera quisiera habitarla, la verdad es que necesita siempre mantenimiento, y la electricidad no está exenta de ello. Después de que Gaby vio que se le fundían los focos constantemente, que se iba la luz en unas recámaras y cuando prendía su horno de microondas algo tronaba, no le quedó más que consultar a un electricista. El señor comenzó a revisar todo, y efectivamente había que hacer muchos cambios en la instalación, lo cual le hubiera salido en un ojo de la cara si es que no acude a «Ramsa Eléctrica». En este lugar, mi prima junto con su electricista acudieron a comprar lo necesario para las reparaciones de la casa. Ahora Gaby, aunque pago una suma fuerte de dinero por las restauraciones, ya no ha tenido mayor problema con su luz.