Rating des Ortes: 3 Universidad de Las Americas (U.d.l.a.), México
Doña Rosa es un buen sitio, un sitio en el que todo estudiante cholulteca invariablemente irá a comer alguna vez. La verdad es que lo que es la comida por sí misma no es la gran cosa: para nada mala, pero siempre son variaciones del mismo platillo: sopa y pollo. Esto puede ser un bajón para aquel que venga a comer alguna secreta delicia.(No que en las fondas se encuentren éstas con mucha frecuencia.) Así, lo bueno de Doña Rosa, además de que la comida sí es cumplidora, es la amabilidad de sus dueñas, siempre dispuestas, siempre con los brazos abiertos. Es un lugar de esos que se mantienen gracias al cariño local. Eso tiene su valor.
Kristofer N.
Rating des Ortes: 4 Centro, México
Venir aquí me recordó la época en la que íbamos a comer todos los primos y todos los tíos a casa de mis abuelos, que en paz descansen. El restaurante/fonda es una casa y te reciben en ella muy amablemente y cocinan con el sabor de la abuela. No hay mucha variedad en los platillos, cada día hay unas cuantas opciones entre cuales escoger, pero van cambiando día a día. La comida es rica y barata. ideal para todos aquellos estudiantes de la zona que quieren comer bien y gastar poco.
Carolina C.
Rating des Ortes: 4 Tlaxcalancingo, México
Doña Rosa es otra de las queridísimas de Cholula. Subiendo por unas escaleras metálicas, se llega a la terraza donde hay un par de mesas, las predilectas, y tras la puerta se encuentra el comedor de la casa donde también se acomodan los comensales. Comer en la casa de alguien es ya de por sí una experiencia muy distinta a comer en un restaurante«en forma». Pues Doña Rosa y Lupita vuelven la comida aún más hogareña con su trato cariñoso y su sazón excepcional. Mi momento favorito de comer en esta fonda es el tiempo de espera, cuando aún no ha llegado la comida. Hasta comer en Doña Rosa, yo nunca había conocido un lugar en donde ofrecieran frijoles, requesón, nopalitos y tortillas para esperar la comida. Obviamente, devoro estas entraditas. Como mi estómago es chico y mi apetito por estos manjares es feroz, casi siempre me lleno antes de que llegue la sopa. A Doña Rosa hay que visitarla para saber lo que es una cocina económica de verdad.
Ana M.
Rating des Ortes: 4 Puebla, México
Ir a comer con Doña Rosa es como ir a comer con la abuela. Para empezar, te recibe en el comedor de su casa y te atiende con tanto cariño, que uno no se siente en un lugar abierto a todo el público, sino como invitado en casa de alguien. Recuerdo hace más de diez años, la primera casa en la que Doña Rosa decidió abrir su casa para alimentar estudiantes. Eramos pocos, como unos 8 ó 10, cuando mucho, los que íbamos, a veces, a comer con ella. A partir de ahí, se empezó a correr la voz, y pienso yo que, como estudiantes lejos de casa, cada vez eran más los que necesitaban el calor de hogar y la comida casera. Ahora Doña Rosa tiene gente todos los días. Sigue cocinando igual de rico, y sigue siendo igual de cálida con sus clientes.
Alejandra V.
Rating des Ortes: 4 Cholula, México
Al ser un pueblo de estudiantes, Cholula está llena de fondas y comidas corridas. Doña Rosa es una de las más socorridas. En la terraza y en el comedor de su casa, doña Rosa y Lupita reciben a sus clientes. Aunque uno nunca es tratado como un cliente ahí. Más bien, somos invitados. Ambas, Rosita y Lupita, tratan con cariño a sus invitados e incluso nos consienten a los que somos frecuentes con algún platillo especial. No es sorprendente que se haya vuelto un lugar tan popular: uno se siente como en casa de sus tías. Con una memoria prodigiosa, Lupita recuerda qué no le gusta comer a cada uno de sus comensales regulares e improvisa rápidamente alguna opción en la cocina y, en lo que uno espera que llegue la comida(sopa, plato fuerte, acompañamiento y un pequeño postre), por la mesa desfilan delicias: tortillas recién hechas y cazuelitas con frijoles, requesón y nopales. Sin duda, es mi fonda favorita.