El lugar está en las afueras del Colegio de México, del lado del Periférico, escondido entre un gran estacionamiento pero con hacer un par de preguntas a los transeúntes que te encuentres en el entronque entre el Periférico y la carretera Picacho Ajusco, llegarás sin problemas. Pregunta por las quesadillas del camioncito o de la camionetita azul. Una vez que estés ahí sabrás que vale la pena la búsqueda. El concepto es muy sencillo, tienen quesadillas y gorditas. Las puedes pedir de chicharrón prensado, pollo, tinga, camarones, o solo de queso o acelgas u hongos para los vegetarianos. Están hechas al comal pero la clave está en que tú te las preparas. Los meseros te entregan tus quesadillas y luego tú vas hacia el camioncito en donde te esperan vaias opciones. Puedes echarles lo que quieras de nopales, que vienen preparados con aguacate, tomate y cebolla, la salsa a tu gusto, crema a tu antojo y hasta más queso. La verdad es que la combinación de sabores es muy amplio y siempre llegador. Mi combinación favorita es una quesadilla de pollo con mucho aguacate, bañada en salsa roja y crema. Sabe mejor que la pizza. El único problema es que como son muy populares en el rumbo, se atasca a la hora de la comida y el servicio es muy lento. Pero si llegas unos minutos antes de las dos de la tarde, la experiencia es sinigual.