Para turistas y locales, Las Palomas es un básico. Tenía-fácil-diez años de no ir. Sus platillos son uno de los mejores ejemplos de cocina norestense en sazón, presentación, porción e ingredientes. Ordenamos un asado de puerco que con sólo mirarlo uno puede tener la certeza de que es suculento; un chicharron en salsa verde extraordinario y un queso panela con cambray. No calificaría el servicio como malo en general pero esta vez que fui descuidaron detalles fundamentales: nos sirvieron platillos que requieren obligatoriamente de tortillas. Y las tortillas llegaron cuando nuestra comida ya estaba tibia o casi fría. Por el tremendo flashback que aun me produce el chicharrón en salsa verde que comí, les daría una segunda oportunidad sin dudarlo. Vale la pena tomar carretera y viajar a Villa de Santiago para sentarse en Las Palomas a desayunar o comer.