Pensé que estaba más cerca de Tepotzotlán centro de lo que está. Quizá la impresión de lejanía desde donde tomé el taxi se debió a su lentitud; su lentitud no se justificó más que por lo agreste y lamentablemente mal cuidado del camino. No llevaba taxímetro y acordamos el precio con anterioridad, trescientos cincuenta, ida y vuelta, entre varios está muy bien. Otra opción es llegar en camiones que pasan en el centro de Tepotzotlán y te dejan en una desviación donde existe una base de taxis hasta los Arcos del Sitio. Iba con el propósito de ver el Acueducto de Xalpa. Es una obra arquitectónica construida por los frailes jesuitas a principios del siglo XVIII para llevar agua del río del Oro, que nace en el monte del Pinal, hasta la hacienda de Xalpa, la obra se abandonó cuando expulsaron a los Jesuitas de Nueva España en 1767 y se retomó por Manuel Romero de Terreros, conde de Regla y el mayor productor de plata, se terminó en 1854 convirtiéndose en el acueducto más alto de América. Tiene 43 arcos repartidos en cuatro niveles y una altura de 61 metros con 438 metros de largo. Recorrerlo me gustó, es una estructura impresionante por sus dimensiones que se realza con el panorama abierto del paisaje cubierto de mezquites, nopaleras y magueyes. Sin embargo, mi visita me trajo la sorpresa grata de encontrarme que el acueducto no era el único atractivo. Actividades de turismo de aventura eran parte de los servicios de este parque. Senderismo, tirolesas, camping, rapel y escalada son otras de las cosas que puedes intentar en este lugar. Se encuentran todos los servicios, desde establecimientos para comer, salón de usos múltiples, albercas, palapas con asadores, estacionamiento, juegos para niños, río, lago. Lamentablemente no sabía que existía todo esto, pensé que los Arcos era lo único padre por hacer. Estuve apenas un rato pero es un lugar en el que vale la pena pasar todo un día, planear acampar o hacer un día de campo en familia. En los llanos se puede jugar fútbol u otro tipo de actividades deportivas. El lugar está rodeado de un tanquilo silencio y el paisaje natural de las montañas que se unen por medio de arcos de piedra.