¡Qué pena! Pero nunca pensé ir al doctor porque se me rompiera la oreja… literal. Lo que pasa es que mi querida sobrinita Angie, la primera de la familia me jalaba tanto mis aretes que terminó por romperse la que ya se había convertido en una línea en lugar del hoyito que tenía para meter el arête. Es una cirugía menor, lo sé, pero no me iba a poner en manos de cualquier, digo, mi oreja tenía que ser«reconstruida»(ok, sé que soy algo dramática) para que no sólo tuviera un arête derecho a falta de lugar donde poner el externo. Fui entonces con el Dr. Abraham Sánchez quien había atendido dos partos de mi hermana y me hizo sentir muy bien, o sea no se burló de lo que me pasó o me regañó ja! Dijo que era relativamente común. Me anestesió, me suturó y lo hixo de una manera muy pulcra porque prácticamente no se percibe. Ahora, sigo usando dos aretes como la gente común, gracias a él. Es lindo y muy platicador. Sobre todo es confiable. Si contratas con él un servicio por un año, te da descuento cuando te tengas que atender.