Conocido en años atrás como el Gran Cinema, fue una de las majestuosas salas de cine en la ciudad. Nada de cadenas de cine comerciales y salas pequeñas donde se ordena la gente por números. Estos cines eran la experiencia inigualable de asistir a una proyección de película. Como todo en esta ciudad, fue desplazado, cambio de dueño y de nombre. Su último letrero decía Cinemas Latino, el tiempo pasó y las letras que cambiaban cada dos semanas se fueron quedando abandonadas hasta desaparecer una por una. Pero el cine sobrevivió(apenas), actualmente proyecta películas de adultos de 35 milímetros. También el único cine para adultos que existe en la ciudad. Un día quise ver que pasaba adentro(decían que era un cine gay), iba con una amiga y estabamos 100% animadas a entrar. Nos acercamos sigilosamente y los hombres que veíamos entrar se incomodaban con nuestra presencia. Como si fuéramos a delatarlos con sus conocidos. La entrada al cine es por lo que antes era la puerta trasera. Entramos, el lugar se veía horrible pero el color rojo gastado en las paredes nos aseguraba que antes era un lugar diferente al que veíamos. La mujer que atendía en la taquilla no nos permitió la entrada, dijo que debíamos de ir con algún hombre. Salimos decepcionadas del lugar, pero ya sabemos que a la próxima debemos de llevar un acompañante.