Una llantera a primera instancia no tiene mucho en que diferenciarse de las demás, al final de cuentas sólo están como arañas esperando que una mosca caiga cerca, claro en un sentido diferente pues están para ayudar y proporcionar servicios de ayuda urgente después de todo. Esta llantera ha sobrevivido ya algunos años en el mismo sitio, con apenas algunos cambios la he visto desde que comenzaba a tener sentido de ubicación en un lugar desconocido para mí cuando llegué a vivir a esta zona de la ciudad. Me tocó visitarla cuando iba con una tía a su casa a ayudarle con unos cambios de muebles y se ponchó una llanta, para lo cual no tenía refacción y tuvimos que andar un poco hasta llegar a esta llantera, rápidamente nos auxiliaron con el cambio de llanta, obviamente se tuvo que comprar una nueva pero gracias al buen servicio, la amabilidad y la charla amena en una situación que parecía complicada, decidió comprar la extra, que justamente acabando de pasar una situación así es cuando se incentiva a tratar de evitarlo de nuevo.