Luis Luan

Uno quisiera nunca necesitar de los servicios de un hospital. A menos de una revisión leve, a la mayoría nos aterra la idea de pisar una sala de urgencias, cuando más un quirófano. Sin embargo, uno debe estar prevenido para cualquier eventualidad. Un hospital particular al que alguna vez acudí en una emergencia y que se ha vuelto mi hospital de cabecera es Luis Luan.
Se ubica en la periferia de la colonia Salvatierra. Aunque no es un hospital muy grande, sus tres pisos de habitaciones, consultorios, salas para parto y el quirófano muestran la preparación y el potencial del hospital para reaccionar ante una emergencia. Atienden las 24 horas, en tres turnos donde cuatro médicos y un equipo de enfermeras atienden desde traumatismos, infecciones y consultas de rutina, hasta partos asistidos e intervenciones quirúrgicas.
Al ser hospital particular, no acepta seguros de salud o de seguridad social, por lo que sus cuotas, y el precio de los medicamentos pudiera ser un poco elevado, pero corresponde a las capacidades técnicas y humanas que ofertan. Lo que rescato de esta clínica es que llevan un expediente institucional de cada paciente y cada visita, aún cuando no sean por seguimiento. El Médico que me atiende es Ángel Rivera, y su servicio ha sido siempre atento, amable y respetuoso.