Plaza San Miguel

La plaza San Miguel queda cercas de mi changarro, es humilde y sumisa pero es rebuena onda y sobre todo muy útil si le pones atención. Pasa desapercibida ya que no pone música, ni bocinas o luces para que la voltees a ver, pero fiel a los habitantes de la ciudad «otay».
Al entrar tiene una caseta la cual según yo, hasta la fecha no cobran para entrar, puedes pasar y darte la vueltita en «u» para encontrar un lugar para estacionarte, tiende a estar llena por que son varios locales y pocos espacios.
De lo que recuerdo que puedes encontrar aquí es lo siguiente: una casa de empeño, un gimnasio, pinturas, laboratorio, para pagar el agua con sus oficinas, laboratorio (que me trae buenos recuerdos), estética, tienda de ropa no muy barata, un café con comilla del dia bastante apetecible, etc.
No recuerdo algún área que te haga pensar en ir todos los fines de semana a este lugar, pero si vas por la calle lopez portillo, y algo de lo que encuentres en estas reseñas lo necesitas, ya sabes que lo podrás encontrar, en moto, en bici, en taxi, calafia o patín, es de fácil acceso.

Alguna vez Mies Van der Rohe dijo «Dios está en los detalles». Esa frase estaba enfocada al diseño, pero aplica en todo. Los detalles son importantes. A veces más que la grandeza.
La Plaza San Miguel es pequeña. No aspira por el momento a grandeza. Lo que si tiene son detalles. Me gustan los detalles. Esta plaza se ha tomado la libertad de ofrecer de forma integral sus servicios. Cuentan con un gimnasio, una farmacia, una salón de belleza, un par de cafeterías, una institución financiera e instituciones gubernamentales.
Es una plaza limpia, La limpieza siempre dice mucho. Es una plaza colorida.
Algo a mejorar: lugares para niños, sitios para tomar un descanso. un estacionamiento más amplio. Más áreas verdes.