En la concurrida y peatonal calle de Madero, en pleno Centro Histórico. Nadie pensaría que en diminuto local puedes encontrar joyas tan bellas como las que ofrecen, aunque su especialidad es la plata: dijes, esclavas, collares, etcétera. El precio de la pieza depende de cuánto pese; tú mismo lo ves en la báscula que tienen para tal efecto. No son barateros pero tampoco son careros; depende en realidad de tu habilidad en escoger. Hay dijes pequeños y muy antiguos que, al pesarlos, no valen mucho pero su valor en realidad es como antigüedad o por la piedra que traen. También venden relojes usados de buenas marcas. Es menos común pero también venden plumas fuente y piezas de oro. Yo he salido de ahí con preciosos dijes que aún conservo, así como con un par de plumas sheaffer que son de mis consentidas.