Zoológico Parque Morelos

No hay nada más deplorable que ver el estado en que viven estos tristes animales. Dentro del parque Morelos se pinta una imagen deprimente, reflejo de intereses que persigue mundo del entretenimiento.
Es un zoológico pequeño, donde entre serpientes, aves y animales pequeños, la situación no es tan visible, aunque no es inexistente. En jaulas no tal espaciosas, vitrinas de cristal o granjas, el horror no es tan visible como en sus dos especies grandes.
Un par de tigres que reflejan la palabra «aburrimiento» en sus rostros. Sólo permanecen echados; de repente caminan un metro a donde hay luz de sol, y esa fue su actividad diaria.
No se compara con la escena más frustrante: un par de osos pardos en estado de desnutrición. La imagen del oso apapachable se desmorona ante la visión de lamentables animalitos.
¿Qué sentido hay en rescatar de la muerte a un animal cuando lo que le ofreces no es vida? Espectáculo nada recomendable para animalistas.

En Tijuana, lo más cercano que existe a un zoológico, es éste que se encuentra ubicado en Parque Morelos. Y no es que no sea un zoológico, es más bien, que es versión mini y no existe ningún otro en la ciudad. Bueno, al menos no público (if you know what I mean) jaja.
Pero aún así, se puede disfrutar. Además de tener el paisaje que implica éste bello parque, puedes observar distintas especies como camellos, tigres de bengala, osos negros, cocodrilos, guacamayas, serpientes y mapaches. Pero no todos son de la vida salvaje, también están los de la «granjita», como los puerquitos, conejos y patos. Y a parte, el mariposario «Papalotzin».
Sin duda es un recorrido que disfrutan sobre todo los niños, y me parece increíble que puedan observar estas especies tan de cerca y en vivo y a todo color. Aunque les confieso que tengo sentimientos encontrados al respecto de los zoológicos, porque así como creo que son parte de una experiencia muy padre para los niños, también me da un poco de tristeza pensar que son animales que al final de cuentas fueron alejados de sus ecosistemas, libertad y vida que realmente merecen por naturaleza. Ni hablar, quiero pensar que tienen los mejores cuidados con ellos y que en algún futuro se recapacitará sobre este tema.