Al parecer el águila de la profesía mexica se la pasaba paseando por todo el país. Eso y la lentitud de nuestros ancestros hicieron que les llevara más de 300 años llegar desde este pueblo a Tenochtitlán. El el año 1052 las tribus de Aztlán recibieron la orden de detenerse en lo que ahora es Xicotepec. Encontraron en la confluencia de dos arroyos una roca de cinco metros de alto y 13 muchas toneladas de peso que hicieron centro del culto al dios Xochipili. Normalmente aparece representado con plantas de poder pintadas en todo su cuerpo. Era cool, buen pedo, el amigo vegano que ama a los animales y reverencia a las plantas, el que se va a Mazunte de vacaciones. Xochipilli era el Dios hippie del panteón mesoamericano y aquí tenía su lugar de culto que hasta hoy sigue siendo parte de ritos que ahora integran una veta católica en un sincretismo colorido y raro. Llegué al pueblito, Xicotepec, invitado para colaborar en la pinta de los alrededores del Centro Ceremonial Xochipili. La idea es integrar elementos visuales al centro que representen a la región y al pueblo en una visión personal que de un giro distinto a la apariencia del actual entorno. Si hay algo que está cool del lugar y que estoy interesado en trabajar es la idea de la dualidad. La Xochipila, como los pobladores se refieren a la piedra, es un elemento natural, pero sobre ésta fue construido un pequeño basamento piramidal de piedras que se elevan seis metros más sobre el nivel de la roca. A un costado hay una pequeña plaza en la cual se realiza magia blanca y escaleras descendentes hacia cause de los arrollos donde se realizan rituales de naturaleza más oscura. Se han encontrado ratas devorando palomas u otros signos de un uso negro de esta magia. Estas fuerzas y dualidades serán el material para trabajar en este lugar. Tengo pensado integrar el blanco y el negro así como representar a la naturaleza con líneas curvas y suaves y a lo hecho por el hombre con líneas rectas y angulosas. La Xochipila está rodeada por un corredor que desciende desde el nivel de la calle Porfirio Díaz hacia la caída del rió donde está la piedra. Alrededor el poblado se extendió hasta alcanzar el centro ceremonial transformando la vista y la apariencia del mismo. Estará cool intervenir las fachadas circundantes. Cada 24 de Junio se realiza la festividad del pueblo, la plaza y el centro ceremonial son dos escenarios importantes en las celebraciones y ritos. Alrededor hay cascadas, una virgen-animé gigante que fácilmente podría aventarse un tiro con el Cristo Redentor. Sitios para excursionismo y otras actividades deportivas.