Fue Construido como parte del Centro Recreativo de los Círculos Obreros Católicos de Zamora a principios del siglo pasado. Fue sede de la Segunda Gran dieta de Zamora, de donde surgieron importantísimos principios de legislación laboral que luego se plasmaron en el artículo 123 de la Constitución de 1917. Expropiado por al gobierno federal junto con la Catedral Inconclusa y otros inmuebles del clero, fue habilitado como cine, albergó estaciones de radio, fue abandonado y se deterioró al grado de que a punto estuvo de perderse en su totalidad. La intervención de la Asociación Rescatemos una Obra de Arte fue fundamental para su restauración. Hoy, a más de 100 años de su construcción, el recinto cuenta con iluminación escénica en el exterior y es uno de los teatros más hermosos y con mejores condiciones acústicas en el país, además de que alberga uno de los eventos operísticos más importantes del país.