Chez Nene

The first time we were here, my wife and I walked away because the outside didn’t look to fancy. After not being able to get a taxi (we now use über) we decided to go back and give it a second chance. We were pleasantly surprised by the homey yet elegant look of the place. The staff makes you feel very welcome and are very attentive, some of the best service we’ve received, rivaled only by very high end restaurants.
The menu is written on a chalk board that is rolled over to you. The writing is very hard to read, but unless your familiar with French cuisine, you’re better off asking the waiter to run through the menu for you.
We had a delicious appetizer called Plato de Charcuterías that consisted of an assortment of fine cheese, bread, salami, and Ham (the European kind).
Our entrees were the Burguignon and Filete de Cerdo which were both delicious. The also serve duck and the typical escargo.
You must visit.

Un lugar muy agradable, con un espíritu muy hogareño, me recordó a cuando íbamos a comer con los abuelos. Los sabores son grandiosos, se presenta con una carta marcada por la flexibilidad, lista para sorprendente con sabores, combinaciones y opciones del chef con novedades constantes.
El servicio es excelente, un muy buen trato y si tienen la suerte de conversar con el chef seguro que pasarán un buen rato. Un poco elevados los precios, pero lo vale para ocasiones especiales.
Un poco complicado para llegar, así que planeen su ruta antes de salir. Cuenta con Valet Parking.

Soy la persona con mas suerte, dentro de unos días me voy de viaje a Francia y conocer más de esa cultura en el lugar donde vivo me llena de emoción.
Chez Nené no es un restaurante común, la decoración va más allá de un estilo propio, es como estar en casa, retratos familiares, libros, un piano, flores, mesas con mantel y sillas rusticas. El olor que emana de la cocina es realmente delicioso, el amor por la comida entra por los sentidos por que al ver los platillos servidos y al probar cada bocado vale la pena la espera, que no es mucha, pues los platos fuertes aunque son diferentes todos los días, ya están casi listos para ser enviados a tu mesa.
En esta ocasión me deleité con una deliciosa y típica de Francia, sopa de cebolla, enseguida un filete de res a la pimienta, acompañado de rodajas de papa, jitomate asado y berros. El postre también inolvidable y lo más maravilloso de la noche llamado Melocotón Melba, creado en Francia en honor a la cantante Neli Melba, personaje que se hospedó en el hotel Savoy y que según cuenta el chef, una noche a altas horas hizo despertar a los cocineros para que le elaboraran un postre del que resultó esta increíble creación que consiste en una bola de helado de vainilla, melocotón en almibar (no de lata), fresas, cerezas, crema batida y almendras finitas, todo eso montado en una lámina de galleta tipo crepa, aún tengo el sabor en la boca. Incluso recuerdo que con respecto al postre me dice Gerard: «que maravilla es cuando estas comiendo algo y vas descubriendo debajo más sabores».
Por supuesto el vino tinto no podía faltar en la mesa, incluso tomé previo al vino una la limonada mineral, que aunque pareciera igual que en otros lugares no fue así.
Sepan ustedes que el menú sólo lo encontrarán escrito en un pizarrón, además probablemente mañana no tenga escrito lo mismo, pues los platillos son únicos e irrepetibles. Ahí también podrán ver costos y tipo de carnes que contienen.
Nota: para llegar al lugar, si viene de Av. Rafael Sanzio o Vallarta no se meta al tunel de Av. Juan Palomar y Arias, pues está justamente en lateral.
Muy buen provecho.

Aquí no hay menú impreso, todos los días cambian los platillos en el pizarrón y si quieres descubrir sabores nuevos, basta con que te dejes sorprender por Gerard, y pruebes el platillo que con gusto preparará única y especialmente para ti.
Desde que llegas te sientes como en casa por la ambientación y la atención tan cordial, es como comer en el comedor de un ser muy querido y cercano.
Al fondo hay una sección que rentan para ocasiones especiales y ahí mismo te preparan la comida.
Si te animas puedes llegar y decirle al chef Gerard que te proponga algo, te sorprenderán sus platillos que contento y creativamente preparará en su cocina mágica y francesa.
Esta es verdadera cocina de autor podrás comer jabalí, pescado, res, caracolesy pato por nombrar algunos. Los postres también son deliciosos me tocó probar el Melocotón Melba simplemente delicioso. Y el pescado al vino blanco que puedes ver en mis fotos.
Te recomiendo venir en pareja es un lugar con mucha personalidad, en promedio gastarán $ 500 por dos personas que bien valen la experiencia completa.

Hay lugares que desde la primera visita se ganan un lugar especial por su comida, ambiente y servicio, ya había escuchado de Chez Nené, pero nunca lo había visitado, ahora que lo hice por primera ocasión me arrepiento de no haber venido antes, porque cada visita es una nueva oportunidad para descubrir algo delicioso, para experimentar la creatividad del chef Gerard y su arte.
Olvida todos los prejuicios que puedas tener sobre la comida francesa, aquí no se andan con actitudes pretenciosas, no sirven porciones mini que funcionan más como ornamento, ni buscan apantallarte con un sommelier, lo que el Chez Nené busca es que te sientas como en la sala de una casa familiar, donde el acercamiento con el chef se da de manera natural, porque le interesa satisfacer a sus clientes y amigos y porque la cocina es su protagonista, por eso no hay carta, porque todos los días hay alguna nueva ocurrencia del chef Gerard y el no estar atado a un menú le da la oportunidad de siempre ser creativo. Por supuesto que hay básicos en su cocina, como la sopa de cebolla, los caracoles, los langostinos y los cortes de res, pero de vez en cuando te sorprenden con conejo, jabalí y deliciosos racks de cordero, incluso puedes darle toda la libertad al chef Gerard para que te sorprenda con alguna deliciosa locura, algo que su inspiración lo invite a cocinar en ese momento, así podrás decir que comiste algo verdaderamente especial.
Me encantan los lugares que respetan a las personas, que ofrecen calidad y que además tienen historia, por eso estoy enamorado de la cocina del Chez Nené y me quedo con la encomienda de visitarlo con frecuencia, recomendarlo entre mis amigos y volver a platicar con el chef una y otra vez, porque sus historias y anécdotas son el complemento perfecto para su deliciosa cocina.

Un poco complicado llegar la primera vez pues NO te debes bajar por el desnivel que está en Juan Palomar antes de Naciones Unidas y la mayoría que no conoce el lugar tiende a cometer este error (me incluyo).
Tiene un estacionamiento pequeño pero cuenta con servicio de Valet Parking, aunque puedes dejar tu auto en las calles aledañas sin ningún problema. El lugar está un poco escondido pero hay unas sombrillas afuera que te pueden dar idea de donde está.
Por dentro, el restaurante es único. Tiene un concepto muy interesante, Gerard (el chef y dueño) quiere transmitir la sensación de estar en la sala o terraza de una casa, donde puedes encontrar comida francesa totalmente tradicional, él quiere llevar a tu plato ese platillo que puedes encontrar en los mercados parisinos o de alguna otra ciudad de su natal país.
El Chef es un tipazo, y su equipo de trabajo también son muy atentos y serviciales. No hay un menú fijo, solo existen pizarrones con lo que se les ocurre servir ese día en base a lo que hay, ya que se tiene la creencia que un menú limita la creatividad pues se buscan ingredientes frescos y se busca siempre dar una sorpresa.
La comida es muy buena, pero el postre es de otro mundo: yo comí un Melocotón Melba y hasta que lo probé me dí cuenta de que en realidad no había vivido; es sumamente delicioso.
Como lo dije antes, el concepto del lugar tiene la intención de que te sientas en casa: la decoración es bonita y hogareña, aunque debido a la calidad de los muebles y las fotografías en la pared, se siente como que vas a casa de los abuelos. No lo tomen a mal, me fascinó eso, es el lugar perfecto para llevar a una chava con la que quieres andar, pues tiene un toque romántico, puedes platicar a gusto pero por la calidez el lugar ella se va a sentir en confianza.
Recomiendo este lugar, acude en familia o con algunas personas con las que quieras quedar bien, o simplemente para disfrutar de un buen vino y una buena comida. Hay ocasiones en que los clientes dicen «traje este pato (por ejemplo) así que sorpréndeme» y el chef se encarga de preparar algo único para ti.

Cenar aquí fue maravilloso, la experiencia comienza en el momento en que entras al lugar y pareciera que estás entrando a una casa con una calidez bastante familiar.
El menú es totalmente francés, y si bien cada platillo va a sorprender a tu paladar, si el destino se pone de tu lado, podrás llegar a probar platillos con ingredientes únicos.
Aquí se viene a disfrutar de la buena comida, y por lo tanto el precio es el adecuado.

EL restaurante Chez Nené es un lugar que tiene magia y no sólo gracias a su deliciosa cocina sino que también en la esencia de su establecimiento, es un lugar cálido y donde te hacen sentir tan bienvenido con sus detalles de hogar.
Me gustó la idea del chef de poner el menú en el pizarrón, ya que así, dice él, tienen la libertad de quitar o añadir nuevos platillos en el menú. Al parecer al chef le gusta la creatividad y bien un día puede querer cocinar jabalí y el otro día decidir cocinar un alce entero.
De verdad valore mucho el servicio y lo cuidados que están sus platillos, se nota que hacen su trabajo con amor porque cada platillo tenía mucha dedicación en cuanto a sus sabores y me pareció que cada ingrediente en el platillo hacían de lo que estaba comiendo una deliciosa comida.
Soy un poco quisquillosa con los sabores nuevos o con ciertos sabores que ya he probado y no son de mi agrado, pero trato de no ser miedosa y probar cosas nuevas, así que me sorprendió bastante que me gustó mucho el sabor de la sopa de cebolla gratinada, era una cantidad adecuada de todo y el queso estaba delicioso, el filete a la pimienta estaba cocinado ¾ y me encanto el jitomate asado y las papas que lo acompañan.
Les recomiendo probar el Melocotón Melba, es un postre muy rico, con durazno, frutos rojos, nieve y galleta de hojaldre.
El lugar tiene un área abierta en la parte de atrás, me dio la idea de que en este lugar tienes libertad de pedir, ser escuchado, sugerir y el chef que es el dueño va a tomar en cuenta lo que tengas que decir. Seguro que si lo visitas vas a pasar un rato genial y te vas a ir con ganas d si regresar.

¿Haz soñado con perderte en algún pueblo francés y llegar a una casa donde te reciban con olor a pan y comida recién preparada y auténtico sabor?
No tienes que ir tan lejos. Esta pequeña casa atendida por sus dueños, no existe un menú eso es lo genial ya que se basan en los alimentos que encuentran temprano así que son frescos y un alimento especial en cada visita.

Padrisima la cena maridaje en la que combinaron vinos y platillos franceses. Yo fui la ganadora Unilocal y me encantó el simpatiquísimo chef Gerard, así como Las sommeliers que nos acompañaron y explicaron cada uno de los vinos. mi favorito fue el espumoso. En adición, fue un placer convivir con la familia Jiménez (yo iba sin acompañante). En resumen una experiencia que le recomiendo a cualquier amante de la gastronomía francesa y de sus vinos.

Un rinconsito parisino en Guadalajara que sirve cocina artesanal francesa, su Menú cambia constantemente ya que todos sus platillos son elaborados con ingredientes frescos y de temporada. Mis favoritos la sopa de Cebolla al gratín y el burro de Planchar.