Situado en pleno centro neurálgico de Viena, Kibi Rooms es un hotel modesto que cumple su función. A escasos 400 metros de la estación central de Viena(Wien Mitte) se ubica en las plantas centrales de un edificio burgués del siglo XIX típico europeo. Un patio central da acceso al edifcio y allí, un angosto y oscuro portal con un ascensor a la par, nos lleva hasta allí. Casi podría definirse entre hostel y hostel. No posee comedor, un horno-cafetería cercano oferta el desayuno todas las mañanas. Las habitaciones son pequeñas pero limpias. Cumplen su función si solo vas a utilizar la estacia para dormir y el resto del día lo vas a pasar«turisteando» por la capital. Los baños(privados y cada uno en su respectiva alcoba) están reformados pero son super pequeños, además de que el wc es tipo de los antiguos de la zona alemana, es decir; cuando abres el inodoro te encuentras con una«bandeja». No os doy más detalles, es curioso. Wifi gratis para todos los huéspedes. En la recpeción se encuentra la clave. Y hablando de la recepción, una pequeña barra«office» tiene detrás a unos empleados eficaces y muy amables. Solo hablan alemán o inglés. La recpeción cierra a partir de las 16h, una persiana cierra la «caseta» y no puedes pedir ni recibir información por parte de ellos. De todas formas, a la vuelta, nosotros debíamos salir del hotel a las 4AM, y no hubo ningún problema en dejar las llaves en el interior de la habitación para nuestra marcha. Para el precio de Viena, es un hotel que cumple sus funciones. Sin lujos ni historias. Buena relación calidad-precio-zona. Los establecimientos de los alrededores costaban el doble que Kibi Rooms para la misma función.