Ocurre que algunos días las«cosas» no salen bien en un restaurante. Nos toco uno de estos desagradables días en este estableciendo. Era un domingo medio-día, no había muchos restaurantes en esta ciudad. Había un sol tremendo, muchísima gente paseando. Conclusión llegamos sobre la 13h00 en un restaurante a tope donde ya no cabía un alfiler. Lo que no debía pasar paso. Nos encontraron una mesa, nos atendieron muy bien a la hora de tomar el pedido pero ya no quedada casi nada de la carta. Hemos seguido la suggestión de la camarera y de allí empezó una larga espera. Después de media hora preguntamos«¿Que tal?» con la sonrisa, nos comentaron 5 minutos de espera mas, 20 minutos(approx) después, decidimos irnos. En este momento preciso llego el plato!!! Decidimos disfrutarlo. Se trataba de una bacalao al horno con patatas, acompañado de aceite de oliva, ajo y cilantro. Un plato de sencilla elaboración con un resultado excelente. La cuenta sin descuento alguno resulto muy barata(17 € para dos con el plato de bacalao compartido, 2 cervezas, 1 agua y 1 pan). La camarera se disculpo como pudo, guardando la sonrisa hasta el final.