Junto a la fábrica de mi cerveza favorita, Estrella de Galicia, se halla este modernito hotel. Mejor moverse en coche o en taxi porque anda un poco retirado del centro. Ya desde que atraviesas la recepción te das cuenta de que es un hotel que tiene en cuenta todo: ¡hasta los niños tienen un espacio de juego lo suficientemente aislado para no molestar y lo suficientemente visible para que los padres controlen cómodamente a sus retoños! Es un hotel de no fumadores, por lo que a la entrada tienes dónde apagar tu cigarrillo. El ascensor es de diseño, parece que te metas en una ola con sus burbujas envolviéndote. La habitación es amplia y sin apenas mobiliario. La cama muy confortable y en pleno verano no te sobra el edredón. Todo muy limpito. Una auténtica gozada. El desayuno viene incluido con el precio de la habitación y es tipo bufet con un poco de todo. Bueno, si alguna vez te preguntaste dónde van a ir a parar los agujeros de los Donuts… ¡Tengo la respuesta! ¡Al Ibis, Style! ¿Puede ser la Guindi más golosona? El hotel tiene parking pero se puede aparcar en la calle con total facilidad.