Cafetería en pleno centro de Albacete, enfrente del emblemático mercado de Villacerrada. Su servicio como sus productos dejan mucho que desear. El trato por parte del dueño, que suele estar por allí, es pésimo. He visto hechar gente de las mesas por que habían entrado a sentarse y solo consumían un refresco y un agua. No es el mejor sitio de Albacete para un café, para nada recomendado.