Aquí me llevó a cenar mi amigo Carlos en mi última visita a la Feria de Albacete. Pedimos un par de raciones(cazuela de gulas con langostinos y chopitos) y creimos pedir un entrecot trinchado para compartir. Sí, digo creimos porque luego lo que nos llegó a la mesa fue un chuleton, lo cual nos dejó un poco parados. También hubo momento«confusión» con las bebidas ya que pedimos unas copas de vino de un blanco y de un tinto de la casa(el dueño tenia bodega propia) para la carne y luego nos sirvieron un Ribera del Duero, que eso sí estaba tremendo. Todo estaba delicioso y las raciones grandes, muy grandes. Salvando esos«errores», que como sosopeché tendrían que ver con el montante de la cuenta, el servicio fue impecable y eso que el restaurante estaba lleno hasta la bandera. Es más, al llegar la carne el camarero se disculpó por el retraso pero ni lo habíamos percatado, más bien creimos que la carne la trajeron en el momento justo. Y llegamos al momento susto de la noche, cuando llegó la cuenta. Ciertamente el producto era de calidad, la preparación deliciosa y el servicio muy bueno pero la cuenta fue excesiva. Lo que no sé es si son sus precios ordinarios o si por ser Feria, como pasa en muchos lugares, inflan los precios.