Un viernes descubrí en Albal este horno. La verdad que pasa un tanto desapercibido pese al colorido de su fachada. Lo que me atrajo fue, al pasar por la calle, su escaparate, era antiguo, clásico, era tal cual como recordaba el horno donde me crié a principio de los 80. Al entrar, un espacio muy reducido me hizo volver a 1985, ese olor y ese mostrador me recordó esa sensación. Mi intención fue comprar un pan, pero era viernes y tal y como me explicó la dependienta, una chica joven muy amable, todos los viernes hacen Pan Quemados ¡Me encantan! ¡No me pude resistir! ¡Me pedí el más grande! Hoy escribo estas líneas mientras me como un delicioso Pan Quemado, mullidito por dentro con su delicioso azúcar por fuera, ¡como el de toda la vida! Y es que como muy pone en la fachada y también me explicó la dependienta, en este horno, siguen haciendo el pan, empanadas y toda la bollería en general en HORNO A LEÑA. Cuando me lo dijo, fue cuando lo entendí todo: esa sensación, ese olor, ese pan, dulces y bollería era diferente y es que la verdad, en el sabor se nota y mucho. A partir de ahora ¡ya sabéis donde voy a comprar el pan y los Pan Quemados!