Religiosas Franciscanas Clarisas de San Diego

Este es probablemente el «comercio» más austero al que yo haya podido acudir en mis andaduras como Unilocaler:
Franqueada la puerta de madera, un silencioso habitáculo cuadrado de paredes enlucidas de un blanco impoluto nos dejan advertir un torno de madera, un pequeño timbre y en lo alto, el listado de productos y precios ofertados:
Almendras garrapiñadas en distintas cajas pequeñas, medianas y grandes
Un elogio de la concisión y de la simpleza que sin embargo goza de un prestigio que va mucho más allá de los lindes del convento y de la ciudad. Conozco a extranjeros que ya habían oído hablar de las almendras de estas religiosas.
Al timbre, como bien dice Oscar H. le sigue un Ave María Purísima que deja casi sin palabras al cliente, que no sabe con qué fórmula de cortesía responder. La transacción se realiza a través del torno, atisbando apenas el hábito de la monja por los intersticios de la madera. Después es nuevamente la soledad.
Por eso luego están tan buenas las almendras, combinan a la perfección la pura sencillez de un elaborado tradicional unido a la experiencia mística de la degustación. Todo un concepto.

Ave María Purísima …
Siempre es así, que que así siga siendo. Si visitas Alcalá, compra tus almendas aquí y notarás la diferencia.
Sólo tienes que llamar al timbre que hay junto al torno y enseguida oiras un cerrojo que abre una puerta … y al segundo… Ave María Purísima!!!

«Ingredientes: almendra, azúcar y agua». Tan simple como eso.
Las almendras garrapiñadas que hacen estas monjas son DELICIOSAS. En serio, un manjar, y mira que yo no era muy fan de los frutos secos garrapiñados, pero hace poco me regalaron una cajita y… ¡maaaadre! :d
Tienen un montón de formatos (cajitas de plástico, de cartón, redondas, cuadradas, minicajitas alargadas…) y los precios son muy asequibles teniendo en cuenta el producto –me atrevo a decir– «gourmet» que te llevas a casa. Por ejemplo, la cajita de la foto, de 325 gr, y hasta arriba, cuesta 4,07 €. Por supuesto, las venden a través de un torno, algo que llama la atención la primera vez que lo ves.
Un capricho, un regalo, un compromiso… Un acierto, seguro.