Cobendai

Aquí fue donde compramos un coche y donde lo llevamos a su revisión anual correspondiente. En general, el servicio es eficiente, rápido y formal. No deja de ser un concesionario, con lo que no hay mucho más que comentar salvo la existencia de una salita de espera con máquina de café y películas del oeste en un pequeño monitor para que el cliente se entretenga mientras miran su vehículo. Fuera, una enorme máquina dispensadora de chucherías del tipo ganchitos y kit-​kat y poco más.
Sí que es verdad que resultan menos formales que en otros concesionarios de distintas marcas, pero debe ser por la diferencia de precio de los vehículos. Así, mientras en unos te dan un supercatálogo, te llaman a casa, te ofrecen conducir el coche como prueba y más monerías, en este, el vendedor teníà la impresora sin tinta y bastantes ganas de fumar un cigarro fuera. Nos atendió de manera desenfadada y se equivocó al garabatear el precio en un papel. No me importó, me agobia un poco que me hagan la pelota y prefiero que vayan al grano, pero puede decirse que ya nos habíamos decidido por ese coche y lo compramos a pesar de su vendedor. Está dando bastante buen resultado, por cierto.

No había tenido que llevar nunca el coche al taller hasta que, hace unos días, se encendió la luz de avería. ¡Vaya por Dios!
Como el coche todavía se encuentra en garantía, buscamos uno de los talleres oficiales de Hyundai y, como éste lo tenía cerca del trabajo (y nos cogieron el teléfono antes que en otros), nos decidimos por éste. Es cierto que al final el fallo fue una tontería que arreglaron en unas horas, pero el trato fue muy bueno tanto cuando lo llevamos como cuando lo recogimos.
Cuando tenga más experiencias con ellos, podré actualizar la reseña, pero de momento lo recomiendo sin ninguna duda. Son eficientes, amables y nos regalaron la limpieza del coche. Espero no tener que volver en mucho tiempo, pero cuando lo necesite… ¡volveremos!