Ya tenía ganas de probar Tates. Hay otro local de esta franquicia justo donde llego a la mitad de mi recorrido cuando salgo a correr, pero claro, no es plan apretarte una hamburguesa y luego recorrerte cinco km de vuelta al trote, así que cuando vimos que iban a abrir al lado de nuestra casa me dije ¡BIEN! Y el resultado de nuestra probatina ha sido ¡BIEN! Sólo puedo ponerle dos pegas al local: la primera, que está todo recién puesto y todavía huele un poco a madera recién barnizada, y la segunda, que son pocos empleados y el servicio es un poco lento. Un poco lento, ojo, subrayo«un poco» porque coincidio que fuimos 10 personas y junto con nosotros entraron otras veinte en diversos grupos, así que los camareros trabajaron con gran diligencia y puedo dar fe de que nadie esperó más de diez minutos a ser atendido. Pasando a la carta, es la esperable en estos locales, una amplia variedad de hamburguesas y entrantes de tipo USA(aros, fingers, nachos…) La mayoría de mis acompañantes se lanzaron a por hamburguesas de todo tipo(la picante fue celebrada con aplausos, al igual que la de presa ibérica, siendo consideradas por todos como las mejores de la noche) pero yo me decidí por un costillar, y otra persona se animó con una de las ensaladas, así que cenamos variado. EL pan de las hamburguesas es razonablemente bueno y la carne está bien preparada. La ensalada de pollo a la parrilla es abundante y variada y las costillas me parecieron deliciosas, en su punto. Tan buenas como para comerme la mayoría sin siquiera añadirles salsa, me parecía que la carne era suficientemente sabrosa por sí sola. Las patatas fritas que acompañaban los platos, muy buenas. Noe ran congeladas(o no lo parecían) y eso siempre se agradece. Bueno, pues poco más que decir, salvo que el precio es correcto(total de la cena, 130 euros para 10 personas) así que volveremos, y por supuesto lo recomiendo con entusiasmo.