La verdad que he ido a este sitio por invitación de un amigo y tengo que decir que ha sido un triunfo. El local solamente tiene mesas altas grandes por lo que puede que te toque compartirlas que no es un problema. El trato es estupendo. El encargado ha sido muy atento con todo. Te explica la carta al dedillo, te recomienda platos, te explica de donde vienen los productos, el vino que te sirve. En nuestro caso cada copa que nos ponía era diferente para poder probar la variedad. Lo mejor es la forma campechana que tiene de explicarlo. Te explica con pasión la carta, tanto que estábamos salivando cuando terminó y deseando pedir todo. Son tres partes de carta. Unos entrantes, unos platos de siempre de su carta y una tercera parte nueva de platos más elaborados, de autor. Nos pedimos las papas con mojo de almendra… Y vaya si acertamos. ¡Tremendas! Una morcilla matachana de León buenísima y unas croquetas, bueno un tren de croquetas si veis la foto. Buenas raciones. De segundo buey… ¡¡¡¡Riquísimo!!! Te trae la pieza entera y te pregunta cuánto quieres, como en la carnicería. Me llamo la atención que las piezas vienen de Alemania o Polonia. Me lo explicó sin tapujos. El precio. También me explico la maduración de esa carne que la verdad no tenía ni idea. Todo servido con mucho gusto y preocupados de que todo estuviera bien. De postre una rica tarta de queso y café. ¡Vamos completito! Unos 50 € por persona con bastante vino. En resumen, un sitio sorprendente y de muy buena calidad.
José Antonio P.
Rating des Ortes: 5 Alcobendas, Madrid
EL viejo local de Tierra de barros ha cerrado, para trasladarse a uno más amplio en la calle DOlores Ibarruri, nº 21.