Restaurante con un ambiente acogedor, agradable, cómodo, y esa comodidad se acrecienta cuando vas hablando con el dueño, y te va sirviendo, puesto que es de lo más agradable. La carta tiene algunos platos verdaderamente sorprendentes, que demuestran solo con el nombre que es cocina de autor, moderna, elaborada, cosmopolita, incluso, si se me permite extravagante, todo ello, y aunque parezca una contradicción, con la base de la auténtica cocina mediterránea, como así demuestran muchos de los ingredientes que utiliza, como garbanzos o lentejas, pero con un toque siempre divertido, usando en unos de sus postres, peta zetas. Teniendo un trato tan exquisito, y una comida tan moderna y agradable, las instalaciones no podía quedarse atrás. Una decoración que sorprende nada más entrar y que te va enamorando cuanto más tiempo pasas dentro. Es un sitio perfecto, en una zona magnífica, con atención de primera, precios no desorbitados, cocina creativa pero con los sabores de siempre, un guiño al Mediterráneo, pero con arte incorporado.