Pimienta Rosa

Pésima experiencia. Fuimos cuatro personas a cenar de tapas. Pedimos las primeras cervezas que las trajeron enseguida. Para pedir las tapas ya hubo algún problema porque a pesar de que eran ya casi las 9 de la noche de un sábado la barbacoa no estaba preparada. Después de algunas vicisitudes conseguimos acordar las tapas que nos podían servir y nos pusimos a esperar… y seguimos esperando… cuando ya casi nos habíamos bebido las cervezas, aproximadamente 15 minutos después de pedir las tapas nos sirvieron una! de las tapas. Después de otro buen rato y de llamar la atención al camarero encargado de la mesa al fin conseguimos que nos sirvieran las tapas restantes. Pedimos una segunda ronda que, abreviaré para no aburrir, transcurrió más o menos igual. decidimos irnos, así que pedimos la cuenta y pagamos, pero la vuelta (no pensábamos dejar propina) tuvimos que ir a buscarla al mostrador porque nadie se molestó en traerla. En resumen, el servicio un desastre, lo demas no pudimos disfrutarlo.

Este local de tapeo me sorprendió gratamente por la variedad de tapas de diferentes regiones, sumadas a alguna que otra sorpresa culinaria.
Desde Salchicas al Vino, muy ricas y abundantes, con arroz y cebolla, a un chorizo a la sidra que en nada se parece al de las sidrerías de Burgos, pero que se deja comer, hasta un pincho de mejillones con sabor a Gin Tonic, lo que oyes, y flipas el parecido de sabor.
Por lo tanto, un sitio de paso obligado en la ronda de cañas y tapas.