La Bombonera

Iba buscando este sitio después de haber leído las reseñas. Para encontrarlo tuvimos que dar alguna que otra vuelta pero nada del otro mundo. Preguntando se llega a Roma.
Es grande y agradable, con un salón y terraza amplia con muchas mesas.
De primero nos pedimos ensalada para dos, gigantesca, y con cosas indescifrables, un par de ingredientes eran extraños pero riquísimos. Además llevaba varios tipos de lechuga, huevo duro, remolacha, zanahoria… hasta hierbabuena! Riquísima.
Luego tomamos porra antequerana, no podía ir a Antequera y no comerla, y chipirones a la plancha. Los platos son muy grandes, con eso ya estabamos llenos. La porra estaba muy buena, con su guarnición de jamón y huevo duro. Y los chipirones igual de ricos, de los pequeños. De postre, nos equivocamos, pedimos una degustación de tres tartas: tres chocolate (creo), una de sidra y tarta de queso. Todo ello acompañado con helado de turrón y vainilla, varias bolas, y nata. La de sidra no la podía dejar allí, pero las otras dos sobraron, el helado también. No es un postre para compartir para dos… es para más personas, es una pena tirar algo tan rico.
Muy recomendable y si vuelvo por Antequera, intentaré repetir.

Magnifico lugar para comer o cenar. Especialidades como el pulpo a la brasa, las carnes también a la brasa y verduras como las alcachofas a la brasa con jamón y foi exquisitas. Buena carta de vinos y una cerveza Estrella Galicia artesanal estupenda.

Sitio muy recomendable para comer. Especialidad en pulpo a la brasa, comida casera y carnes a la brasa.
Precios económicos. Calidad a muy buen precio. Servicio atento y muy amable

Buscando un sitio para comer en Antequera dimos con La Bombonera. No están electro pero bueno, la ciudad no es tan grande así que un pequeño paseíllo calle arriba y te lo encuentras (piensa que luego irás calle abajo, eso anima).
Estaba lleno llenísimo: familias, grupos de amigos… y la verdad es que si hay tanta gente es por algo… buena comida, abundante y barata. Pedimos pensando que las raciones eran pequeñas, pero nos equivocamos y salimos casi rodando.
El pulpo a la brasa, que es una de sus especialidades, buenísimo y las alcachofas nos gustaron mucho también.
Nos hizo mucha gracia que en la carta tenían «lagarto» y le preguntamos al camarero que qué era eso. Pues resulta que es la carne que está entre las costillas del cerdo. No llegamos a probarla pero lo tenemos pendiente para la siguiente.