El Obrador de Goya, un nuevo negocio en el trillado campo de la restauración del Centro Comercial Xanadú… Voy a hablar de sentimientos encontrados: En primer lugar, me agrada su ubicación algo retirada de la agobiante zona de restauración sin estar demasiado lejos, aunque bien es cierto que hay que preguntar dónde se encuentra puesto que está en un local entre tiendas de ropa. Tiene una terraza que coloniza la parte central del pasillo que separa los locales, justo enfrente del Forever 21. A mi esta terraza no me inspira un lugar idóneo para comer, ya que mientras que en la zona de restauración se comprende que estos espacios frente a los negocios son zonas de estancia, aquí está algo forzada esa intención. La veo obligada porque el 85% del local está ocupado por los estupendos productos dulces y salados que ofertan y no hay espacio más que para unas escasas mesas dentro de esas de «comemos algo y nos vamos al Zara». Los productos: los dulces«¡Olé!»(sospecho que hipercancerígenos debido a sus ofertas de «3 megacroissants por 2 €»), los salados… «¡Psé!»(probada una empanada de salmón con queso Philadelphia y se me hizo bola a la mitad…) Los helados al parecer son«Bien», aunque aún no los he probado yo misma. Los precios: pues barato, qué os voy a decir. Yo lo veo como un «quita-hambre» más que un lugar donde disfrutar de la comida, no os voy a engañar. El personal: la verdad es que majetes, sin ningún problema. Dan un poquito de conversación en cuanto tiras de la lengua, jeje. ¿Volveré? ¡Heladuuuuuuuuuuu!
Ester R.
Rating des Ortes: 3 Arganzuela, Madrid
Aire fresco en Xanadú, o al menos algo que va más allá de las típicas cadenas de comida rápida. El Obrador de Goya no solo ofrece tropecientos tipos de dulces y bollos, también cuenta con helados y una considerable carta de saladitos y comidas, entre las que se incluyen hamburguesas, perritos, pizzas… Tienen una terraza cubierta bastante aceptable, aunque ya os contaré como la gestionan en Navidad, cuando la gente sale en masa al centro comercial, teniendo en cuenta que está en el pasillo… He probado los sandwiches XXL y puedo decir que no exageran; tienen el tamaño de mi cabeza. El problema? Ni uno solo de ellos es apto para vegetarianos, asi que tuve que pedir que sustituyeran la carne por pimientos; lo hicieron de muy buena gana, porque otra cosa no tendrán, pero majos son un rato. Con la tortilla tengo sentimientos encontrados; suelo pedirla pero no es nunca una apuesta segura; la he probado perfecta, poco cuajada como a mi me gusta y también muy hecha y SINSAL. Sí, sin sal, a veces se les olvida echársela y no tienen ningún problema en admitirlo, es más, con el pincho me han llegado a dar varios sobrecitos de sal… Alucinavecina. Les he sugerido la posibilidad de incorporar platos que no tengan siempre animalicos muertos, y aunque no se si surtirá efecto, lo cierto es que el chico se lo tomó muy en serio y tomó nota.
Iker J.
Rating des Ortes: 2 Madrid
Esta ha sido una fugaz historia de amor con final trágico. Inicio ardiente y final dramático. Ni Shakespeare hubiera escrito algo tan bueno. ¿Y cuáles fueron los acontecimientos? El obrador llegó a Xanadú como un soplo de aire fresco; en un centro comercial tomado por las marcas de comida rápida, este parecía un local en el que encontrar comida más casera y tradicional a buen precio. Tras un par de visitas express para pedir café y bollos, la cosa pintaba bien. Además, veía a amigos comer monstruosos sándwiches llenos de promesas de sabor y buen precio. Pero tras mi visita del otro día, ni una cosa ni la otra. Pedí un sandwich enorme de pollo, bacon, tomate, lechuga y mahonesa; unas patatas fritas para compartir y, en un verdadero alarde de incontinencia alimentaria, unas croquetas para acompañar. Pues bien, las patatas, ricas, congeladas, pero ricas, con seis salsas variadas. Las croquetas, decentes, aunque a la de cocido parecía que le habían metido un cubo de esos de caldo de cocido y ya. Mala. El problema llega con el sándwich. Tras la euforia inicial al ver el tamaño del bicho, empecé a comerlo y, aunque no estaba malo, le notaba un regusto amargo que me tenía perdido. Perdido, hasta que abrí el sándwich y me encontré con una amalgama de lechuga de bolsa pasada, marrón, amarilla, revenida, de esa que se te olvida al final del frigorífico y la tiras temeroso de que se alíe con el calabacín mutante de su lado y te echen de tu propio frigorífico(ver foto). Pero a la persona que hizo mi sándwich le pareció buena idea servirlo a un cliente. Sinceramente, no se puede achacar a un descuido. Hay intencionalidad de engañar o pasotismo puro por el bienestar del cliente. Me comí más de medio sándwich antes de darme cuenta. Medio sándwich enorme de lechuga caducada. Me da asco solo de recordarlo. Se lo comenté a la camarera y salió al paso como pudo, la pobre, comentando que con el calor de la cocina los ingredientes pierden su frescura más rápido. Y puede ser, pero sigue sin ser excusa para meter ese pestiño de algas pasadas en un sándwich. Para redondear, el precio final de las cosas que pedí, junto con lo que pidió mi acompañante, se acercó mucho a los 20 euros. Una pasada. Quiero terminar diciendo que el servicio fue excelente, nada que objetar en este aspecto, ya que son todos muy majos y atentos. Así pues, visitad el Obrador de Goya si os gusta la lechuga caducada o las raciones enormes de comida mediocre.
Irene V.
Rating des Ortes: 4 Barcelona
Realmente faltaba algo así en el Centro Comercial. Se agradece que, de vez en cuando, abran algo que no sea otro puesto de bocadillos del montón, otro buffet de comida china u otra hamburguesería. Y además está algo separado de la zona de hostelería, que también viene bien por si te entra el gusanillo pero no quieres alejarte mucho de la zona de tiendas. No he probado nada de la amplia oferta dulce que tienen, pero me he apuntado en tareas pendientes probar una tarta de queso que me hacía ojitos. Lo que sí he probado es un sandwich con pan de aceitunas negras, queso Philadelphia, salmón ahumado, huevo cocido, lechuga y tomate. Me ha gustado mucho, aunque era de los que ya tenían hechos y era el último que quedaba, lo que se notaba un poco en el nivel de frescura de los ingredientes, pero es lo que tiene pedir sándwiches que no se hacen en el momento. También tienen esa opción, además de ensaladas, hamburguesas y perritos. Además, hemos pedido para compartir unas patatas fritas y algunas croquetas. Tienen varias para elegir, yo me decanté por una de boletus, otra de espinacas y otra de cabrales. Bastante ricas, sobre todo la de cabrales y la de espinacas. La ración de patatas nos la esperábamos mucho más pequeña y no pudimos terminarla. Viene con seis salsas ricas, eso sí, las patatas son congeladas. Y, como era muy tarde, tenía mucha hambre, y no calculé muy bien, también pedí una rejilla hecha de hojaldre, espinacas y queso, que me tuvieron que preparar para llevar porque ya no me cabía. También estaba muy rica. La atención fue excelente, y eso que la camarera estaba a tope. Aun así nos pidió que nos sentásemos y nos llevaba la comida a la mesa según fuese saliendo, y cuando pasaba por allí nos preguntaba qué tal todo. Se agradece.
Carlos S.
Rating des Ortes: 5 Móstoles, Madrid
Uno de los mejores sitios para comer de todo el centro comercial! Superbocadillos y hamburguesas a unos precios muy muy razonables y que ademas aceptan tarjeta de tickets restaurante: Tienen todo tipo de cafés y pasteles ademàs de multitud de croquetas y galletas que elaboran ellos mismos. Tienen bastantes mesas para poder tomarte algo en compañía. Tienen también heladería con multitud se sabires a cada cual mas rico! Teneis que ir porque es la bomba! Para mí todo un descubrimiento!