De acceso un tanto difícil, se encuentra la Bata de Guata, un rincón de Arteixo donde pasar un buen rato junto al río viendo los patos. En la terracita se está de pingo en «verano», pero he de reconocer que me gusta más sentarme en el interior, junto al ventanal. Tiene un montón de espacios, sillones muy cómodos y música al nivel que te deja conversar sin levantar la voz. Vamos, que estás como en tu casa. ¡Agustísimo! La cocina la tienen abierta todo el día, lo que es un gustazo cuando eres un desastre en eso de las horas para menear el bigotillo. Hacen muchas actividades entre las que se encuentran el Club de la comedia y el Club de tricotaje,