Tierra Astur

Siendo asturiana de pro y eso cosas este sería el típico sitio que le recomendaríamos a «guiris» o gente «nueva» en Asturias. Me explico porque dicho así suena tremendo: tiene su encanto en la decoración, en el trato y en la variedad a precio asequible tanto en bebida como en comida para existe un gran pero, no es una sidreria al uso, esta masificada y hay demasiado barullo, gente y calidad relativamente mediocre. Si busca algo único o excepcional este no es tu sitio, pero si buscas algo bonito y relativamente barato, este es tu sitio. Un McDonald’s no es un ejemplo de comida americana. El tierra astur es lo propio con la comida astur.
Por otro lado, si quieres sidra curiosa: Trabanco es la opción que ofrecen y a un precio habitual y hay varias opciones para comer, aunque me recomendación sería pedir una tabla de quesos Asturianos y una parrillada de carne. El tamaño es ideal para 4 personas de buen comer y se queda bien agusto. Todo ello regado con sidra que te escancian pos camareros con relativa asiduidad y tienes la combinación perfecta por unos 20 € por cabeza.
Como decía, es asequible, bonito (la decoración con botellas de sidra es marca de la casa), espacioso y enorme. Pero si quieres saber lo que es una buena sidreria, no sería mi primera opción.

No es un restaurante barato pero la verdad merece la pena darse un capricho de cuando en cuando, comimos Rapa de picadillo de jabalí con queso y un cachopo de pollo acompañado de sidra y postres total 40 €.

Un lugar, donde me gustaría volver, para probar más cosas. Salimos a comer, un domingo en familia, con nuestros sobrinos de León.Tuvimos que esperar, para conseguir una mesa, pero valió la pena. La sidra… muy buena; la tabla de queso, el pan, las croquetas, el pan… de muerte; la parillada de carne… nos dejó sin palabras. Lo recomiendo!!!

Als Tourist ein Muss!
Super Ambiente zu einem guten Preis-​Leistungsverhältnis und man bekommt fast alles was typisch ist in der Region.

Si no soportas las multitudes o que la gente se te eche encima de la mesa al pasar, este no es tu sitio: entrar aquí un sábado por la noche fue lo más parecido a una guerra en lo que he estado y espero que los camareros estén cobrando oro y platino a espuertas porque ese trabajo es casi como el de la mina.
No, de verdad, no entiendo que no acepten reservas para grupos menores de 6 personas, les solucionaría muchísimo el lío en el que veo que se meten fin de semana tras fin de semana y que solo conduce al estrés de los trabajadores y la incomodidad suma de los clientes que se ven en medio de un grupo enorme de otros clientes a la espera de que llegue tu turno para sentarte (entre 20 minutos y 1 hora el otro día). Es un sistema nefasto y con pronta caducidad, espero que lo apañen pronto.
En cuanto a la comida, bien al 66%: pedimos una rapa tradicional, que es una torta de maíz sobre berza cubierta de chorizo, tocino y cebolla, y estaba bastante buena; también pedimos un pulpo a la gallega que era escaso, no llevaba aceite ni pimentón, y la patata estaba fría y poco hecha, así que no creo que repita allí con este plato; de postre pedimos unos frixuelos (en París los llaman crepes) con nata y chocolate, y llevaban tanta nata que tuve que irme a dormir a la media hora por la dificultad en digerir semejante delicia. Pero qué bien dormí gracias a ello, maldita sea.
Tengo la sensación de que, como no empiecen a repensar un poco el modelo, van a morir de éxito; un poco menos de gente haciendo cola y cayéndose sobre tu mesa mientras el camarero escancia la sidra salpicándote, y un poco más de mimo en la cocina les llevarían a un nivel superior como local.

Es un lugar que entra por el ojo la decoración (común a toda la cadena de sidrerias) y la situación (a medio paso de la plaza de España) son su gran baza a favor pero en un Sidreria estos puntos no deberían ser los mas fuertes y los lugareños saben que aunque esta bien no es la mejor oferta de la zona.

Primero pasamos a tomarnos una caña a la terraza, y nos gustó tanto que decidimos volver a la hora de la cena.
Llama la atención que este local, en comparación con los aledaños, es que está lleno hasta la bandera de gente local, lo que casi siempre es señal de que esconde algo bueno.
Luego está la decoración, tremendamente original, a base de madera, botellas de vidrio verde colgando del techo y cubriéndolo totalmente y barricas gigantes, dentro de las cuales se ubican las mesas más grandes.
La carta, toda de productos asturianos, es extensísima, casi inabarcable. Nosotros pedimos una sartén de setas con pulpo y una rapa de quesos asturianos (al parecer, rapa es una especie de pizza de masa de maíz cocida sobre hojas de lechuga), y de postre una leche frita deliciosa. Tengo que decir que todo estaba totalmente excelente y que no tenía mucha hambre, porque me hubiera pedido todo lo de las mesas de alrededor (por favor, ese cachopo del tamaño de un campo de fútbol, ESE CACHOPO!!!)
El servicio fue excelente, con nuestra camarera siempre pendiente de nuestros vasos de sidra, para escanciarnos un poco más en cuanto se quedaban vacíos.
Por último, el precio fue muy asequible, sin estar tirado. Nos gastamos unos 20 euros por persona inflándonos de sidra, aunque pidiendo poco. Ya digo, no está tirado, pero la calidad precio está muy muy bien.
Tengo entendido que han abierto otros locales de la marca en otras ciudades. Sin duda, si lo vuelvo a ver por ahí, repetiré.

Restaurante sidrería repartida en dos plantas con las habituales características de la cadena, parrilla vista, mesas en el interior de toneles etc.
La situación es inmejorables 10 metros escasos de la Plaza de España justo enfrente de la conocida ‘fuente de los caños’ enfrente de la Parroquia de San Nicolás de Bari y del Hotel Nh Palacio de Ferrera.