He venido aquí para hablar de mi fast-food! En primer lugar no soy un gran fan del fast food aunque tiene un espacio en mi corazoncito, eso que vaya por delante. Decidimos ir a un fast food para comer algo después del infierno contemporáneo que representa IKEA. Y teníamos un MacDonalds, un Pans y un Viena. ¿Qué podemos decir del restaurante Viena de Sabadell con ese vinito que entra tan bien y su carta más que razonable a precios accesibles? Como todos los Viena en plan comida rápida uno entra y se encuentra con una barra repleta de trabajadores que toman nota de lo que uno quiere(bocadillos, especialidades, hamburguesas, patatas…) y esa comanda empieza a gestionarse con velocidad. Al tener que esperar de pie para recoger son bastante rápidos y uno no espera más de cinco minutos. Cuando uno se lleva su comida a la mesa puede elegir entre ketchup, mayonesa y mostaza. Y atención! No hay límite. Si sois de esos que bañáis las patatas en salsa seréis bendecidos con la abundancia típica de la locura consumista occidental. Local muy familiar, siempre puede pasaros que en las mesas adyacentes tengáis cuatro críos gritando y tirándose comida y bebida a partes iguales. Pero eso son pegas sólo para aquellos que no tienen críos. Nosotros nos pedimos bocadillos especiales de verano con salmón y con atún(algo fresquito, vamos) con unas colas y unas patatuelas. Todo muy correcto y a un precio anticrisis. Ahora bien, si sois de los que no soportáis recoger la mesa y llevar vuestros platos a la cocina y ponerlos en el lavavajillas este no es vuestro local. Una vez acabéis con la comida tendréis que llevar toda la basurilla generada por vosotros mismos al contenedor. Pero en serio, si queréis algo rápido y eficiente es una muy sólida opción.