Se trata de un mirador algo peculiar desde el que se puede ver todo Baiona, incluido el parador y un poco más a lo lejos las islas Cíes. Lo preside una gran figura de piedra de la virgen de Rocha, a la cual puedes subir por una escalera interior hasta su mano derecha, en la que porta un barco. A veces cobran unas monedas por subir. La zona también tiene un área infantil, algunas mesas a modo de merendero y un chiringuito con parrilla y plancha que me dejó con las ganas gracias al aroma a sepia que emanaba, otra vez será.