Amadeu Vidal

La incoherencia llega a su grado máximo cuando conoces lugares como éste… Hipocresía en estado puro…
Desde el escaparate se puede leer un rótulo enorme que dice algo así como: «Gran exposición de animales en el interior»… y sí… lo es… Un parque temático con cachorros de bulldog a 900 €… me parece muy fuerte la venta de animales en sí misma, y más aún si los tienes puestos en expositores de vidrio cerrados, apilados uno encima de otro. Lo peor es el ambiente de la tienda, porque se escucha a lo sperros y a los pájaros lloriquear constantemente, y encima… no puedes decir nada, ningún comentario, porque rápidamente aparece algún trabajador a defender su mercado de animales vivos…
Casi me pongo a llorar, cuando al salir, me encuentro un cestocon un cartel que dice: «Si quieres, dona cosas a los animales de nuestro refugio»… perdona? Vendéis animales como si fueran mercancía y luego tenéis un refugio de animales!!!
No me lo puedo creer… Viendo cosas así se acelera mi proceso anti-​humanista!

Al principio todo da buen rollo, toda la comida para perros, juguetes y ropita abrigada que deben agradecer más de un compañero canino.
Pero a medida que uno se adentra en esta extensa tienda de animales se comienzan a oír los cantos de los pajaritos y los ladridos de los cachorros.
Hasta acá llegó la diversión. De nada sirvió ser testigo de la batalla emprendida entre dos cachorros de Yorkshire Terrier y Pinscher en su celda, que saltaban y se gritaban cosas entre mordidas cariñosas. El hecho de ver a los conejos en esas diminutas jaulas y a 2 perritos en un espacio de 1 metro cuadrado, me hicieron volver a la realidad.
Antes no era así, podía disfrutar tranquilamente de este tipo de lugares. Pero ya somos grandes y estaría bueno que dejáramos de encarcelar a criaturas que nada saben de la ambición humana.