Automóviles Fernández

Hace tiempo trabajaba cerca de este concesionario y solía pararme delante cuando bajaba andando camino de casa. No tenía, ni tengo intención de comprarme un automóvil, pero he de reconocer que siempre me han llamado la atención esta marca de coches.
Creo que la atracción me viene desde los 15 años, cuando me dedicaba a robar sus insignias para hacerme collares. Es lo que tiene la adolescencia, un día eres hiphopero y gilipollas, y al día siguiente solo gilipollas.
Automóviles Fernández, es el primer brand center Mercedes-​Benz de España. Tienen una espectacular zona de exposición para la casa deportiva Mercedes, y además de coches, venden bicicletas y todo tipo de gadgets. Cuenta con un espacio de asistencia llamado «ServiHora», en el que en 60 minutos te hacen una revisión de tu coche, con cita previa, faltaría más, mientras esperas en un espacio tipo lounge con servicio de bar y conexión a Internet.
Los fans de Mercedes pueden ser tan fieles a esta marca, como algunos lo pueden ser a los productos de Apple (de esos que duermen en la calle para ser los primeros en entrar en una applestore recién inaugurada).
Salvando las obvias distancias, podemos decir que Automóviles Fernández es a los mercedistas lo que la Apple Store a los maceros. Aunque lo máximo es ser mercedista macero que también los hay. ¿Y tu que eres renaultero windowscero?

Bueno, está claro que uno no se compra un coche todos los días. Y está claro también que cuando nos ponemos en esa labor, tenemos que mirar mucho, mucho, para acabar dando con el «bueno, bonito, barato» que nos podemos permitir.
De todas formas, por mirar que no quede y cuando alguna vez me ha tocado, siempre me he dado una vuelta por este concesionario de Mercedes.
Me diréis que ¿para qué, si no me lo puedo comprar? Pues, hombre, aunque solo sea por sentirse tratado a cuerpo de rey, vale la pena.
El lujo, empieza en el trato… y aquí tanto los coches, como las maneras, lo son!
No se si alguna vez tendré dinero suficiente para comprarme un coche de estos, pero os aseguro que subiros en uno, tocar la piel de los asientos, ver los detallitos de los acabados y escuchar ese ronroneo del motor ajustado, ya es puro placer!
Conducirlo debe ser…
Suerte que soñar es gratis!