Can Farigola

Compramos entre 4 amigas un cupón descuento de estos que están tan de moda. Las opiniones eran bastante negativas en cuanto a las cantidades y el local, y algunas incluso con la comida. Pero bueno, a mí me gusta tener mis propias opiniones.
Nos pusieron en una mesa de dimensiones normales, el local no es súper mega fashion, pero tampoco estábamos pagando para eso. Nos obsequiaron con unas olivas, y nos dejaron a escoger dos ensaladas de las 5 que había en la carta. Pedimos la de espinacas con fresa y parmesano (ojo, la mezcla es muy buena), y la de aguacate y salmón. Cuando las llevaron a la mesa, nos sorprendió muy gratamente ver las cantidades. De echo, al terminarlas ya habíamos saciado en gran parte nuestro apetito. Cayó una botella de vino (el de la casa está muy bien) y para la segunda, ya teníamos el plato estrella: la fondue de quesos. Tengo que decir que me sorprendió muchísimo, no esperaba ni por asomo una fondue tan buena, de esas de sabor fuerte. Nos la sirvieron con pan y manzana. No nos la pudimos terminar, y eso que somos chicas de buen comer. Pero el vino sí que nos quedamos a terminarlo (por supuesto), y en ningún momento nos miraron mal en plan «iros ya» ni nada. Es más, nos invitaron a un chupito.
Así que en definitiva, la comida espectacular en sabor, buena cantidad, el servicio atento, el local correcto… a qué vienen las malas críticas? Para mí es un 10.

Probamos la fondue de carne y no estaba mal pero tampoco nada de otro mundo. Lo que sí me gustó mucho fue ensalada con foie gras, estaba relamente deliciosa. El ambiente un poco rarillo, éramos los únicos clientes y no había ni música, así parecía que cada palabra resonaba en el restaurante. Total que no está mal pero tampoco me convence demasiado.

After a full day exploring and as we walked back to our hotel we passed by Can Farigola and were drawn inside. The very warm décor and casual ambiance allowed us to settle in immediately. As Northern Californians, we are drawn to casual elegance, as cliché as that may sound, it’s what we respond to time and time again.
Can Farigola is tasteful and very fairly priced. The terrace leads me to believe it is a great lunch spot. As an evening meal it was very good, and in some ways excellent.
I started with Aubergine timbale with goat cheese gratin while my wife opted for Strawberry and spinach salad with citrus vinaigrette Parmesan. Each was splendid.
I ordered Medallions of beef with shavings of foie port and was very pleased, while she had a shrimp dish — sorry, I cannot recall the details.
Overall, with wine, under30 Euros so I did not feel abused. In fact I liked it very much and would return with hesitation on our next visit — and try to sample their lunch.

Wir wohnten in der Nähe in einem Hotel und waren es leid, den ganzen Tag von irgendwelchen Türstehern vor den Touristen Restaurants angesprochen zu werden, sodass wir vom Hotel aus Richtung Berg ins Wohnviertel gelaufen sind um irgendwo ganz normal wie die Einheimischen ein paar Tapas usw. zu verhaften.
Das Can Treso kreuzte unseren Weg und wir sind rein. Wir wurden freundlich aufgenommen (trotz nur rudimentärer Spanischsprachkenntnissen) und hatten einen entspannten Abend bei Tapas/​Tortilla, Wein und Bier. Hier verirrt sich anscheinend nur selten ein Tourist, denn der Großteil der Gäste schienen mit ihren Familien und Kindern aus dem Viertel zu sein.
Der Service war freundlich, schnell und hat uns notfalls erklärt was die Speisen an der großen Wandtafel bedeuten.
Bodenständige Tapas Bar mit Lokalkolorit. Sehr gerne wieder meine Anlaufstelle in Barcelona wenn wir in der Nähe übernachten.

Me gusta Can Farigola. Tiene un ambiente muy acogedor e íntimo, para comer o cenar típica y deliciosa comida catalana en petit comité. Patates al caliu, botifarres a la brasa amb seques, escalivada… y un largo etcétera de platos tradicionales catalanes cocinados con mimo, dando a cada uno de los comensales la atención que se merece. He ido varias a Can Farigola, sobre todo al mediodía ya que sirven un estupendo menú. La verdad, es que he ido sobre todo el viernes, cuando no he tenido nada pendiente para por la tarde. Así que he aprovechado para quedar con alguién y comer aquí. Luego, puro placer. Sietecita y hasta el lunes. Enfin, si estáis por el barrio no lo dudéis. Aquí es imposible comer mal.

En este restaurante puedes comer carne de calidad y muy bien hecha, a la brasa. Cuando fui me pedí el steak tartar, porque vimos que era como el plato estrella de la casa. Realmente estaba buenísimo. Tardan un poco en llevarte la comida, pero es normal cuando suele haber mucha gente, porque la brasa necesita su tiempo. También tienen una bodega extensa para elegir un buen vino.
Si tienes la suerte de estar en la terraza mejor, porque el interior es pequeñito y podría ser agobiante.