Holmes Place Health Club

I’m traveling for a conference and dropped in here today for 25 euros. It seemed a little steep but I was jonesing to get into squat rack. I was surprised by the facilities — the front desk staff handed me two towels and sent me on my way to the locker rooms, which are well-​outfitted with hair styling tools.
There were several large classes going on and the free weight space was pretty packed but I was able to get in a good session. The equipment seemed pretty clean and new; I couldn’t tell if it was the dudes around me that stunk or some of the equipment!

Entre el gimnasio en que estoy ahora y éste, me quedo con el mío… Pero el Holmes Place tiene una cosa maravillosa y son sus instalaciones. Definitivamente las pagas, pero no hay tanta diferencia de precio con «esas» cadenas famosas de gimnasios, que en realidad, no le llegan ni a la punta de la bota.
La primera vez que probé gratis este gimnasio (detalles que tiene esa gente), creí haberme equivocado. En la recepción me saludaba un hombre alto y guapo con traje de chaqueta. «¿Estoy en un hotel?», pensé. Y no, es que son así de elegantes. El olor a sudor viene pasado el enorme «hall».
A diferencia de otros gimnasios, la piscina del Holmes está en un piso elevado, que se ve a través de las escaleras principales.
Las salas de fitness y máquinas son grandes y tienen el material en muy buen estado… Y las duchas… Madre mía. Aquello es para quedarse a vivir. Lo mejor de todo es esa maquinita maravillosa que seca tu bañador y lo deja calentito.
Lo dicho, demasiado caro para mi gusto, pero lo vale.

Una de las cosas chungas de las mudanzas es que tienes que abandonar servicios que te gustan pero que, para mí, han de estar ligados a la próximidad física, que sino, no voy. Uno de los que tuve que abandonar, junto con mi centro de kundalini yoga, fue este gimnasio.
Un gimnasio en el que siempre me sentía tratada de forma exquisita, con instalaciones impecables, servicio de toallas, etc.
Y algo que me encantaba, el bar donde beber zumos naturales energéticos y relajantes al salir de hacer deporte.
Sniffff

Es mi gimnasio. Así que, ¿qué os voy a contar? Que yo estoy muy a gusto, lo he estado siempre. Holmes Place de Urquinaona es pequeño, pero matón. Siempre hay espacio de sobra para hacer tus ejercicios (nada de saturación) y cuenta con monitores que están dispuestos a ayudarte (pero lo suficientemente educados para no ser intrusivos). Tiene una pequeña piscina para relajarte, así como sauna y baño de vapor (no creáis que entiendo demasiado la diferencia). Además cuenta con algo que es mi debilidad, ¡la ducha arcoiris! ¿Que qué es la ducha arcoiris? Ojalá os lo pudiera explicar, sencillamente es un engañabobos que a mí me tiene loco.
Cuidado porque el gimnasio no es barato, ni lo pretende. Tiene su clase. Otra cosa es que hago yo en él cuando no llego ni a final de mes, pero esa es otra historia y merecerá ser contada en otra ocasión.
Si alguien quiere un motivo extra para ir, las clases que dan suelen ser muy buenas y yo veo mucha gente que liga allí, yo no, pero los jueguecitos están a la orden del día.