Panet

Hay cafeterías cuyo mejor ambiente es la mañana, o es la tarde. A otras, como ésta, puedes ir a cualquier hora. Por sus comidas pero también por su ambiente y por sus circunstancias.
Como dice el nombre, tienen bastantes bocadillos, pero también ofrecen muchas pastas (unas magdalenas enormes), crêpes, un buen café con leche, helados, cervecitas…
Pero lo que más me ha gustado las veces que he ido, es su mezcla entre tranquilidad y ajetreo: está al lado del Mercat d’Hostafrancs, y tiene unos ventanales enormes y fabulosos, para observar lo que pasa en las paradas exteriores desde tu mesa, como viendo la vida pasar. También, tenían cuadros colgados de las paredes. Y las múltiples imágenes de los cuadros, casi superpuestas con la cotidianeidad de la calle, y tu café y pasta, te permiten colocarte en un plano que ni es real ni es imaginario, ni es el arte ni es la vida.
Lo único que me sobraba era la televisión, que le quitaba trascendencia al todo.
Recomendable, sobre todo junto a una de las ventanas.

Siempre llena. Vayas cuando vayas. Y a pesar de esto, siempre que he ido los camareros han sido un amor, sin perder la sonrisa y más que rápidos. Hasta alguna que otra vez no me ha dado tiempo a sentarme que ya me habían venido a tomar nota ;))
El café está muy bueno y hay mucha variedad para poder desayunar, merendar o picar algo rápido, si el tiempo apremia. Todo está bueno y el precio está muy bien. Nada caro para la calidad y el servicio que te ofrece. Una apuesta segura!