La Cala

Sin duda un indispensable para almorzar o cenar en la costa de Benalmádena. La Cala está, como su nombre indica, en una de las calas de esta bella y bulliciosa localidad malagueña, entre el Hotel Sunset Beach y el Casino de Torrequebrada. El emplazamiento es idílico. A pie de arena y rodeado de palmeras, adquiere una especial atmósfera de noche, combinando la brisa marina con las estudiadas luces artificiales. Con amplia área de terraza para la noche y zona cubierta para protegerse del sol de justicia.
Siempre me habían dicho que se llena, lo que es un buen indicio, y en efecto es habitual que tengas que esperar un poco a sentarte a pesar de la gran cantidad de mesas. Suelen haber muchos turistas por esta terraza restaurante. El servicio es rápido, muy atento y cercano, y la carta muy amplia, con precios más baratos de lo que cabría esperar a primera vista, y con variedades diversas de entrantes, pescados, carnes, mariscos y postres caseros. En cuestión al pescado, es digno de mención que presentan en la mesa el producto que te van a cocinar; incluso con algunos platos, terminan de preparártelos en la misma mesa (tal es el caso del rodaballo, besugo, lubina, voraz, dorada…). Todo muy bien presentado y nada pequeño. Cuidado con cuánto pides o se te quedará en la mesa.
Cuando fuimos a visitarlo, pedimos un tartar de aguacate de entrada, y luego cada cual pidió calamar a la plancha, dorada al horno y salmón a la parrilla con salsa tártara, que culminamos con un mousse de chocolate casero y unos chupitos de licor de hierbas. Todo extraordinario, para volver una y mil veces y recomendar sin parar.

Food was decent. Waitstaff was not friendly and cut us off at 11:30. They also brought the wrong app and acted pissy when we brought it to their attention. The location is lovely by the sea and we recommend you sit outside.

Excelente restaurante. Calidad inmejorable. Precios acorde a la calidad. Hay que reservar

Excellent paella and rice stews! Generous portions. Great views. Attentive staff!

An einem andalusiischen Strand erwartet man eigentlich ein Chiringuito, also eine Strandbude, die mehr oder weniger gute Speisen und Getränke verkauft. Aber diese romantischen Strandbuden sind mittlerweile fast alle zu regelrechten Restaurants ausgebaut worden, allerdings mit fast gleichem langweiligen Angebot. Hier macht das La Cala endlich einmal eine Ausnahme und bietet neben den Standards auch raffiniertere Gerichte und ein paar bessere Weine an. Klar, das kostet mehr als fritierte Calamares aber dafür schmeckt es auch und ist bekömmlich. Auf der Website sind einige dieser Teller abgebildet. Nur im Winter (Mitte Dezember bis ca. Ende Februar) ist dieses Lokal, das hoch über der Bucht liegt, geschlossen. Die Küche ist durchgehend geöffnet und so kann man auch um 16Uhr seine Siesta beginnen. Unter den Gästen sind viele Spanier zu sehen, und das ist an einem Touristenstrand immer ein sehr gutes Zeichen!