Una buena manera de mirar al pasado. Impresionantes los fósiles de Atapuerca. Gratis para desempleados.
Aitana M.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Considero que el MEH es, sin sombra de duda, uno de los tesoros de Burgos. Mi admiración por el trabajo de Juan Navarro Baldeweg ya había condicionado las ganas que tenía de visitar este espacio, pero al verlo en directo quedé más sorprendida de lo que esperaba. Ya desde el exterior, no me pueden parecer mejor la rampa que sube de modo gradual a la entrada ni el paseo que integra los tres bloques al entorno urbano, casi una prolongación de la ribera del Arlanzón, conservada en su estado más natural. Después de una primera impresión favorable, llega el momento de entrar al edificio y la emoción se duplica: una caja luminosa, totalmente acristalada que presenta en su interior tres módulos en blanco coronados con vegetación de la zona, haciendo referencia a los yacimientos de Atapuerca de manera magistral. La joya de la corona, por supuesto se la llevan los restos aquí conservados, que reciben la importancia que se merecen. Cuando visitas el piso inferior te acompaña un ruido de goteo de agua, reforzando la sensación espeleológica y, ya dentro de los dos módulos principales, se aprecian con tremenda sorpresa los restos de animales y hombres que vivieron en la sierra burgalesa hace más de 800.000 años(¡800.000 años!), perfectamente conservados. Estando ya en vías de creación, es seguro que en el futuro las salas de los museos contarán con instalaciones de hologramas mejores que los que anunciaban la Guerra de Las Galaxias, pero en Burgos esto resulta casi palpable gracias a los grandes pantallones, las sutiles proyecciones y la exhibición de Excalibur y Elvis en urnas de cristal casi flotantes de imperceptibles que resultan. En las salas superiores continúà la historia de los estudios relacionados con las teorías de la evolución humana: desde la réplica del Beagle de Darwin, pasando por una de los botes de guisantes de Mendel para acabar en reproducciones a tamaño real de los distintos hombres que precedienron a la especie que, de momento, somos hoy. La maqueta de un enorme cerebro humano hecha con cables tampoco tiene desperdicio. Las siguientes plantas siguen esta tónica de últimas tecnologías y presentaciones didácticas. El museo es inmenso y, pasada la emoción inicial, el visitante puede sentirse algo agotado, con lo que es recomendable visitarlo poco a poco, en varias ocasiones si es posible y asistir a las conferencias, conciertos, exposiciones temporales y otras actividades que este espacio ofrece a ciudadanos y visitantes durante todo el año. Creo que es un lugar muy adecuado para los niños, que se divertirán mucho mientras aprenden sobre nuestros orígenes y las posibilidades de que descendamos de los cocodrilos. En definitiva, no le pongo más estrellas porque no se puede.
Oscar O.
Rating des Ortes: 5 Burgos
El Museo de la Evolución Humana de Burgos es un sitio donde aprender nuestros orígenes mas primarios gracias a los yacimientos prehistóricos de Atapuerca. Consta de una gran sala de exposición de los yacimientos de Atapuerca, y de espacios para actuaciones y otros eventos de la ciudad. Como no, de cafetería con zona de terraza. Además su fórum alberga grandes citas para los amantes de cualquier pasión.