Para un foráneo como yo en Cádiz descubrir este bar es todo un exitazo. La primera vez que fui me dijeron que tenía que probar los«dobladillos». Es básicamente algo súper simple y como todo lo que es sencillo riquísimo. Dos rebanadas de pan y en medio caballa, tomate y mahonesa. Al comerlo dóblate para no mancharte, de ahí el nombre con guasa. Al margen el picadillo con atún muy rico. Las almejas excelentes y la bandeja de fritura de pescado una delicia. Es un sitio fuera del bullicio de la cuidad. Al lado de muchos pescadores con sus cañas. La verdad que el pescado es fresco y lo preparan estupendamente. El servicio esta bien, no deja de ser un sitio pequeño que se llena muy rápido. Es en argot gaditano«un güichi de los buenos». En verano y el resto del año es una parada obligatoria. Perder un rato en ir a la puesta de sol mientras saboreas un dobladillo en el Bar Manolo en la Punta de San Felipe… Es sin duda ¡¡¡¡Un placer, personalmente delicioso!!!
José Ignacio G.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
Lo que podría llegar a ser y no lo es. Con esta frase puede resumir perfectamente a este local. ¿Por qué? Se trata de un restaurante con un emplazamiento único, situado al final de la punta de San Felipe, conocido de toda la vida como«El bar de la punta» donde era un clásico tomar dobladillos y ver a la gente pescar a 10 metros tuya. Actualmente no solo sirven lo básico, sino que su punto fuerte de hecho es el pescado, y concretamente la caballa a la plancha con periñaca. ¿Por qué un 3⁄5? Pues porque el servicio de camareros es muy deficiente. Nos tardó más de media hora en llegar a la mesa tres pescados a la plancha y tuvimos que ir a pedir la cerveza en la barra incluso cuando ya la gente se estaba marchando. Se nota cierta desorganización en los empleados, ya que parece esto un «vámono que nos vamo». Ya para colmo, nos dijeron el precio de todo sin darnos la cuenta, así que la pedimos para comprobar que estaba todo en su sitio. Cuando ya nos la dio, resulta que estaba escrita a bolígrafo y no se correspondía en la misma línea el precio con el producto. La verdad es que dan ganas de no volver debido a la poca profesionalidad de los camareros. También probamos chocos fritos y papas aliñás, donde no tengo nada que resaltar excepto en los chocos fritos, ya que estaban demasiado embadurnados en aceite. Lo mejor: el pescado, sin duda. Se nota que no vienen de piscifactoría. Lo peor: el servicio de camareros como anteriormente he comentado.