Nos encontramos este sitio de casualidad. Estábamos pasando un fin de semana en Chipiona y era el bar más cercano a nuestro piso. Tostadas de un tamaño considerable y con gran variedad: mantequilla, zurrapa de varios tipos, paté, pavo, jamón york… servidos en pequeños tarritos muy cómodos y limpios. Y panes como mollete, integral, pan de pueblo. Lo mejor y lo más sorprendente es que tienen leche de soja, muy buena además, y el café te lo cobran al mismo precio que el normal, 1 €. El servicio excepcional y muy atento; la camarera apuntó todos los detalles de nuestra comanda: café con leche de soja y poco café, tomate triturado o en rodajas, etc. Lo recomiendo para los desayunos, aunque hay siempre bastante gente, sobre todo en verano, y es un poco ruidoso.